El gobierno de Donald Trump anunció que también se expandirá inmediatamente la política por la que se devuelve a ciudadanos centroamericanos a México.
El gobierno del presidente Donald Trump acelerará el despliegue de cientos de agentes en la frontera sur de Estados Unidos y ampliará la política de retorno a México de migrantes que buscan asilo, dijo el lunes la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.
La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos anunció antes una nueva distribución de 750 funcionarios para procesar una oleada de familias migrantes que ingresó a Estados Unidos la semana pasada.
Seguridad Nacional también «expandirá inmediatamente» la política por la que se devuelve a ciudadanos centroamericanos a México, mientras esperan la tramitación de sus solicitudes de asilo, en «cientos de migrantes adicionales por día sobre la cantidad actual», dijo Nielsen en un comunicado.
El domingo, agentes fronterizos estadounidenses instalaron mayores controles de seguridad en los puertos de entrada con la mexicana Ciudad Juárez tras declarar una «crisis humanitaria y seguridad sin precedentes» por un mayor número de migrantes en la ciudad de El Paso, Texas, de acuerdo con la agencia AFP.
En el puente internacional Zaragoza, una patrulla de protección fronteriza dejó libre solo un carril para la circulación de vehículos, mientras que en el puente Córdova-Américas dos agentes bloquearon los únicos dos carriles abiertos para controlar el acceso.
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El comisionado de la oficina de protección fronteriza, Kevin McAleenan, dijo en ese momento que, a nivel nacional, las autoridades estadounidenses tenían procesadas a unas 13,400 personas, lo que calificó como una crisis.
«Un número alto para nosotros es 4,000, un nivel de crisis es de 6,000. 13,000 no tiene precedentes», dijo el funcionario al agregar que tan solo en El Paso «hay 3,500 migrantes en instalaciones diseñadas para mucho menos personas».
El aumento en la vigilancia ha provocado hasta cinco horas de espera para quienes cruzan a diario de Ciudad Juárez a El Paso.
«Yo trabajo del otro lado (Estados Unidos). Entro a las 7 y antes me iba a las 6 de la mañana y cruzaba a las 6:40 por mucho. El viernes me fui a las 5:30 y crucé hasta las 7:50. Mañana va a estar peor con estos cierres», dijo el juarense Raúl Martínez.
El tema migratorio ha generado de nuevo roces entre Estados Unidos y el gobierno mexicano.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó la semana pasada con cerrar la frontera al acusar que México no hacía nada para frenar la migración ilegal hacia su territorio.
En respuesta, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que sí atiende al tema migratorio y que la mejor forma de enfrentarlo es generar oportunidades de empleo en el sur de Mexico y en Centroamérica, de donde provienen la mayoría de los migrantes.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, dijo que no creía que Trump estuviera exigiendo un alto absoluto al flujo de migrantes, que ha llegado a millones en la última década.
«Lo que sí se puede hacer es un mejor trabajo de registro y regulación (migratoria)», señaló Ebrard a Reuters. «Están pidiendo que apliquemos lo que dijimos que haríamos».