Las leyes de la sharia, que castigan con pena de muerte por apedreamiento a quien mantenga relaciones homosexuales, caiga en adulterio o insulte al profeta Mahoma.
Las leyes, que fueron anunciadas por el sultán de Brunéi, Hassanal Bolkiah en 2014, también incluyen la amputación de manos y pies a ladrones y convertirán al país gobernado por el sultán en el primer lugar del este o sudeste de Asia en tener un código penal de sharia a nivel nacional, uniéndose a varios países en su mayoría de Oriente Medio, como Arabia Saudita.
La implementación de la nueva ley también permitirá la flagelación pública como castigo por el aborto. Asimismo, contempla como ofensa criminal exponer a los niños musulmanes a las creencias y prácticas de cualquier otra religión.
La puesta en marcha de estos castigos ha generado reacciones en todo el mundo. Desde las Naciones Unidas, cuya Alta Comisionada de Derechos Humanos calificó dichos castigos de «crueles e inhumanos», hasta celebridades como la estrella del pop Elton John y el actor George Clooney, quien hizo un llamado a no visitar nueve hoteles de propiedad del sultán de Brunéi en Europa y los Estados Unidos.
Phil Robertson, subdirector de Human Rights Watch para Asia, dijo que el código impone castigos arcaicos por actos que ni siquiera deberían ser considerados como delitos.
Desde Washington, el gobierno intervino a través de un comunicado publicado en Twitter en el que el vicepresidente del Departamento de Estado, Roberto Palladino, declaró: «Estados Unidos se opone enérgicamente a la violencia, la criminalización y la discriminación dirigidas a grupos vulnerables» y que, los castigos son contrarios a las «obligaciones internacionales de derechos humanos» del pequeño país asiático.
La Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, expresó también en un comunicado: «hago un llamado al gobierno para que ponga fin a la entrada en vigor de este nuevo código penal draconiano que, en caso de ser aplicado, supondría un serio retroceso de los derechos humanos en Brunéi».
El sultán, que ha gobernado durante más de cinco décadas, dijo en un discurso televisado a nivel nacional «Quiero que las enseñanzas islámicas en este país se vuelvan más fuertes». Además, enfatizó «que el país de Brunéi es un país que siempre dedica su adoración a Alá».
Según algunos expertos, las leyes implementadas por el Gobierno de Brunéi tienen una relación directa con la caída de los precios del petróleo, lo que ha provocado pérdida de popularidad al sultán Hassanal Bolkiah, quien con esto busca mantener el apoyo de los ultraconservadores de su país.