Tomado de la página de Facebook de Lorena Romero de Donayre.
Buenos dias Cr@s, hoy publicaré una carta que me envió ayer la periodista nicaragüense SOFIA SÁNCHEZ. Vive actualmente en Estocolmo, Suecia.
Me pidió que buscara el canal adecuado para hacerla llegar al Cardenal Leopoldo Brenes. La leí, sentí tristeza en sus palabras por la situación de Nicaragua y no pude omitir que me autorizara a subirla al grupo sin dejar de cumplir mi compromiso.
Ella es quien estuvo en la Plaza ese 19 de Julio del 2,018 captando las imágenes en su cámara y enviándolas al mundo con este mensaje «Aquí está el Gigante despierto». Es nuestra voz ante el mundo.
Muy profesional, objetiva y de investigación en Europa. Les dejo el texto íntegro de la carta:
«Estocolmo, 21 de Abril 2019
Cardenal Leopoldo José Brenes
Arzobispo de la Arquidiócesis de Managua.
Su Eminencia Cardenal Brenes,
Ante todo quiero desearle tenga mucha salud y que Dios bendiga su trabajo como guía espiritual de los fieles católicos nicaragüenses.
Con mucha tristeza he visto por los medios digitales, cómo en ciertos templos que son la casa de Dios y que es la casa que da la bienvenida a todos sus feligreses, sin importar ideología política, han sido utilizados durante las celebraciones religiosas de la Semana Santa como centros para hacer mítines políticos.
He visto fotos en los medios de comunicación, en los propios medios de las diócesis y en varios medios independientes, las fotos sobre las actividades religiosas donde la bandera de Nicaragua es utilizada en las celebraciones. Este símbolo patrio ha sido el centro de estas celebraciones y hasta los Santos han sido vestidos con los colores de la bandera Azul y Blanco. Los colores de la Resurrección que estaba acostumbrada a ver en “blanco”, este año en unas de las parroquias se cambió a ”azul y blanco”.
La bandera azul y blanco ha sido utilizada desde el año pasado por los grupos opositores ”autoconvocados” a como se llamaban el año pasado, esta ha pasado a convertirse en la bandera de un grupo cuando es la bandera de todos los nicaragüenses.
Vengo de una familia muy católica y entregada a la iglesia. Como joven trabajé para la iglesia católica y he llevado mis pasos en el camino que mis padres me enseñaron, como fue el camino de Cristo, de amar, respetar y dedicarme al trabajo por el amor y la paz. Sigo en mi camino del catolicismo. He tenido la dicha de estar en dos ocasiones en la Basílica de San Pedro en las celebraciones del Papa Francisco y aquí continúo en los pasos del catolicismo. Sigo reforzado mi creencia y trabajo por mis hermanos sin distinguir religión, partido o país.
He vivido en el extranjero más de 30 años y siempre ha sido de gran alegrí trabajar por mi patria, para que sea un país que viva en paz y tranquilidad. El año pasado estuve en Nicaragua, fui testigo y escuché a guías espirituales de la iglesia católica instando al pueblo a levantarse contra el gobierno de Nicaragua.
Al escuchar la homilía de unos de los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua cuando se dirigía a su pueblo, no como un Pastor de sus ovejas sino como un político; diciéndoles a sus feligreses que “era el momento de hacer historia en Nicaragua y que no había que esperar”. Esto me lleno de mucha tristeza, ya que lo entendí como un llamado a levantarse contra el gobierno.
Me quedé en Nicaragua algunos meses y fueron meses terribles, donde me sentí encarcelada porque no pude movilizarme a realizar mi trabajo de documentación cultural, por los tranques que habían desde abril al 17 de julio. Meses que fueron tristes para todos, ya que el que ama a Dios, ama también a su prójimo y no puede aceptar las cosas que sucedieron en el país.
Cardenal Leopoldo Brenes, le escribo esta carta porque la tristeza en mi corazón es muy grande que no quiero pensar que la iglesia católica en Nicaragua se está dividiendo como se dividen los partidos políticos por busca de poder. Es doloroso leer cada día por las redes sociales tanto odio que hay entre mis hermanos nicaragüenses. Eso duele en lo más profundo, pensé que ese odio había terminado en los años 90 y que Nicaragua era un país donde todos podíamos sentarnos a dialogar, sin amenazarnos y deseando lo mejor para todos.
Pienso que usted es el Pastor que puede hacer mucho por el pueblo sufrido de Nicaragua. Es momento de que todos busquemos la reflexión y buscar una salida pacífica a los problemas que tiene Nicaragua, a como el Papa Francisco, a quién admiro mucho y respeto, lo ha mencionado esta mañana cuando se dirigió al pueblo católico en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
Estoy orando cada día por la paz de Nicaragua, pero creo es necesario que todos juntos hagamos algo para lograr esa paz del pueblo nicaragüense.
Tengo la confianza que Usted ayudará, no solo con sus oraciones a que Nicaragua recupere la paz. No se puede avanzar si no hay un ambiente de tranquilidad y hermandad en un país.
Cada día despierto con la esperanza de tener noticias positivas sobre Nicaragua. Aunque se esté muy lejos uno ama a su patria, a su pueblo y duele enterarse de las cosas que suceden en el país.
Siempre orando para que todos nosotros los nicaragüenses, reflexionemos y busquemos el camino del amor y la hermandad para que todos podamos sentarnos en la misma mesa a comer el mismo pan de la vida.
Eminencia Cardenal Brenes, Que Dios le bendiga y le de mucha sabiduría para llevar el trabajo de Pastor de la Iglesia Católica de Nicaragua.
Con todo respeto,
Sofía Sánchez
Católica
Estocolmo, Suecia