La gran estafa de “Operación Libertad” y las ironías de la historia

José Toledo

En 1971, el escritor Clifford Irving (Richard Gere, estupendo) vendió la biografía de Howard Robard Hughes, Jr sin contar con el permiso. Por dicha biografía obtuvo un adelanto de un millón de dólares y sus efectos remecieron las bases de Washington tocando temas relacionados con el escándalo Watergate. Años después, el mismo empresario norteamericano Howard Robard Hughes, Jr., denunció a Irving siendo condenado a dos años de prisión de los cuales solo pagó diecisiete meses.

Howard Hughes denunció la monopolización de las licencias de vuelos transatlánticos concentradas en manos de la Pan American World Airways (Pan Am) aerolínea norteamericana quebrada en 1991 después de una larga y dramática historia de desastres registrados desde 1928 hasta 1988. El icono norteamericano de la aviación comercial de los años 20-30 fue derrocado su imperio por Howard Hughes y luego a fuerza de desastres se estrelló víctima de su propia miseria empresarial.

La ironía. El pasado 14 de junio, Orlando Avendaño, editor en jefe y columnista del medio informativo conservador, Panam Post, denuncia, bajo la venía de Washington y el servicio de inteligencia colombiana, la red de corrupción liderada por Juan Guaidó y sus tentáculos en Colombia: Kevin Javier Rojas Peñaloza, Rossana Edith Barrera Castillo, Luis Florido, Freedy Superlano, etc.

Howard Robard denunció la estafa de Irving por publicar su biografía sin permiso y el mismo personaje derrotó a Pan Am (aerolínea EEU) y es, anecdóticamente, Panam Post, la que denuncia la gran estafa del supuesto plan mesiánico anti-bolivariano “Operación Libertad” liderado por Washington y sus secuaces (OEA, Grupo de Lima y Prosur).

Según Panam Post: “Las alarmas se encendieron cuando, según me dijo un funcionario de la inteligencia colombiana, Barrera y Rojas empezaron a llevar una vida que no se correspondía con quienes eran `[…] Me entregaron todas las pruebas. Facturas que demuestran excesos y, varias, extrañísimas, de diferentes talonarios, firmadas el mismo día y con estilos de escritura idénticos. Casi todas sin sello. Gastos de más de 3 000 000 de pesos en hoteles colombianos y en discotecas, por noche. Unos mil dólares en bebida y comidas. Gastos de ropa en carísimas tiendas de Bogotá y en Cúcuta. Reportes de alquiler de vehículos y pagos en hoteles a sobreprecio. Plata que fluía. Mucha plata. Inteligencia colombiana fue la primera en precisar la anomalía. Nuevamente: en Cúcuta sucede algo”.

Los representantes del mafioso sistema conspirador liderado por Juan Guiadó, estafaron a militares desertores, y personajes fuera de la ley colocados en la inflada lista de supuestos militares levantados contra el Gobierno Bolivariano, de igual forma fueron los principales artífices del deterioro de la “ayuda humanitaria”, fueron los que robaron el dinero destinándolo en hospedajes, comidas, bebidas, drogas y demás gastos contrarios a los fines de la recaudación.

Y, todo esto de entero conocimiento de Juan Guiadó y su red de servidores cabecillas del denominado grupo terrorista venezolano Voluntad Popular. Quienes a vista del mundo entero delinquieron, usando la necesidad del pueblo con nefastos fines personales y de saqueo y despojo de Venezuela.

El vicepresidente de Comunicación, Cultura y Turismo de Venezuela, Jorge Rodríguez, el equipo de información y análisis televisivo Zurda Konducta y la Hojilla con Mario Silva, denunciaron estos hechos delictivos mucho antes de la información develada por Panam Post.

El Gobierno Bolivariano y el servicio de inteligencia venezolana hicieron de conocimiento público el entramado delictivo el 23 de marzo de 2019 y la podredumbre que se esconde bajo la confiscación de Citgo (PDVESA), la empresa de fertilizantes Monómeros (Pequiven) y el pago de la deuda de PDVESA asumido el 2016 de un gobierno, que según Guaidó, era usupardor.

Es esta historia de estafas, saqueos, conspiraciones, falsos positivos la cual pinta de cuerpo entero la narrativa conspiratoria e inhumana de los EEUU y secuaces. Esta red del crimen internacionalmente organizado y constituido con la finalidad de derrocar gobiernos democráticos contrarios a los planes hegemónicos de Washington y aliados, cae una vez más no por “debilidades morales” de personajes como Guaidó, López y demás criminales.

Toda esta cadena de inhumanidades forma parte de la naturaleza ideológica, la matriz anti patria, anti vida, del programa hegemónico continental conocido como la Doctrina Monroe a la cual se sumaron, sin descaro, el Grupo de Lima, la OEA, como toda la red periodística complicemente desinformativa anti-bolivariana.

A estas alturas del escándalo conspiratorio del Gobierno Bolivariano de Venezuela, existen elementos suficientes para que organizaciones internacionales tomen cartas en el asunto y sean, los responsables, llevados a tribunales de justicia internacional donde reciban el justo pago a sus fechorías terroríficas. Washington lideró un programa desestabilizador contra el Gobierno Bolivariano por censura de dictadura y corrupción y vean cuáles son sus principales aliados.

¿Cómo venden al mundo entero programas guerreristas de “operaciones de libertades” contando como principales operadores con delincuentes de la talla de Juan Guaidó, Leopoldo López y demás políticos, y operadores, conspiradores residentes en Venezuela y fuera de ella?

¿Cómo explican querer derrumbar supuestas dictaduras (Venezuela, Cuba, Nicaragua, etc.) promoviendo “ayudas humanitarias” utilizando el dinero recaudado para “ayuda humanitaria” en drogas, alcohol, prostitución y lujos de toda índole? ¿Será que lo único que le interesa al hegemón es el petróleo, y demás riquezas naturales de los pueblos, sin importarle la estructura moral y ética de sus colaboradores?

¿No caracteriza la misma naturaleza corrupta al fundador del Grupo Lima como Pedro Pablo Kuczynski y defensores de la democracia, amigos de Washington, Alan García, Alberto Fujimori y familia, etc.?

La ironía de la historia, en este caso, reside en que los abanderados de la defensa de la libertad y democracia viven en carne propia todos sus dramas convertidos en films hollywoodenses Conspiraciones, apocalipsis, armagedones, etc. En el caso del hegemón pareciera que su dramática realidad autodestructiva nace de su propia ficción superpoderosa.

No se pierdan el próximo irónico capítulo donde verán a Supermán y su “Operación libertad” realmente debilitado y fulminado por una Kryptonita verde llamada Revolución Bolivariana, Martiana.

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