En su desesperación Guaidó roba proyectos chavistas

Este domingo 23 de junio, a través de la cuenta Twitter del diputado Juan Guaidó, fueron lanzados dos programas que copian planes anteriormente lanzados (y en marcha) por el gobierno venezolano.

«Vuelve a casa» y «Vamos a trabajar» son las campañas que pone en marcha el dirigente antichavista para integrar a ciudadanos venezolanos que se encuentran dentro y fuera del país al sector público e «instituciones privadas» del mercado laboral «una vez que cese la usurpación».

En la plataforma digital vamosbien.com desarrollada para recabar información sobre las personas que quieran acceder a estos programas, se explica que «Vuelve a casa» fue promovido por la Asamblea Nacional, ONG y empresas privadas, y tiene el objetivo de contactar a venezolanos en el exterior, «generar las condiciones para su regreso y mostrar el universo de oportunidades que encontraremos en la Venezuela que estamos por construir».

Por otro lado, «Vamos a trabajar» propone un censo laboral de profesionales en distintas áreas «que quieran formar parte de los servidores públicos del mañana», como lo refiere la propia página.

Los proyectos originales del chavismo

Difícilmente puede pasar desapercibido que estas iniciativas, haciéndose pasar como inéditas, son remedos de dos planes que forman parte de los extensos instrumentos sociales implementados por el Estado venezolano para atacar las consecuencias del asedio financiero contra el país desde el frente externo, avalado por la oposición venezolana.

Los programas sociales que se intentan imitar son «Vuelta a la Patria» y «Chamba Juvenil», ambos altamente efectivos en cumplir con sus finalidades. Tan solo comparando los nombres de cada plan, puede notarse el torpe reajuste de las ideas originales del chavismo a la narrativa de Guaidó.

El Plan Vuelta a la Patria fue lanzado en agosto de 2018 por el presidente Nicolás Maduro como respuesta a las múltiples denuncias de explotación laboral, trata de personas y acciones xenofóbicas reportadas en los países de alojamiento en la región latinoamericana.

Consiste en la planificación de vuelos (en algunos casos activaciones de rutas terrestres) dispuestos por el ejecutivo nacional hacia los países destino de los migrantes para que, previa consulta en las sedes diplomáticas, puedan cumplir su deseo de retornar hacia Venezuela.

Las embajadas venezolanas en Perú, Ecuador, Brasil y otras naciones de la región, reportan 50 mil 766 registros en el plan.

Hasta la fecha, han logrado regresar 14 mil 521 connacionales de distintos puntos geográficos: 7 mil 55 personas de Brasil, 2 mil 831 de Perú, 2 mil 797 de Ecuador, 764 de Colombia, 276 de República Dominicana, 434 de Argentina, 272 de Chile, 1 de Panamá y 1 desde Uruguay.

El programa de repatriación también descompone la recurrente campaña mediática, llevada por medios internacionales, que bautiza al fenómeno de la migración venezolana como una «crisis de refugiados». Las cifras de Vuelve a la Patria restituyen el carácter voluntario del migrante tanto para irse como para retornar al país.

A su vez, Chamba Juvenil es una acción derivada del mecanismo digital del Carnet de la Patria que sistematizó distintas respuestas de protección social de la población. El plan, que después sería elevado a Gran Misión, se ejecutó a mediados de 2017 cuando el escenario nacional estaba signado por agresiones que buscaban desencadenar un cambio político violento.

El objeto de la misión es incorporar al empleo, en diferentes sectores de la administración pública, a jóvenes entre 15 y 35 años, además de la posibilidad de acceder a becas de formación y capacitación laboral. A meses de su inauguración, recibió 800 mil solicitudes de registro.

Recientemente, el ministro del Poder Popular para la Juventud y Deportes, Pedro Infante, mencionó que la cifra de incorporados al trabajo y estudio gracias a la plataforma de Chamba Juvenil ronda el 1 millón 657 mil. De esa cantidad, 864 mil venezolanos están recibiendo formación en los niveles de educación medio, técnico y universitario, o en el programa de aprendices del Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES).

Falsas campañas para recomponer los daños causados

Lejos de posibilitar la reconstrucción de Venezuela, como vocifera Guaidó, los dirigentes de la oposición son responsables de gestionar y motivar operaciones que obstaculizan ese fin.

Ambas acciones de verdadera recomposición del contexto social y económico del país han sido saboteadas por la agenda de la oposición local e internacional. En septiembre de 2018 hubo dos incidentes en Colombia y Argentina que retrasaron planes de retorno de venezolanos en el exterior.

En las dos situaciones, los gobiernos de esos países les dieron un inusual tratamiento a la salida de las rutas que demoró o imposibilitó el normal regreso.

Por otro lado, la promoción de acciones coercitivas dirigidas a bloquear financieramente a Venezuela mediante el ataque a la industria petrolera, contrae considerablemente cualquier iniciativa de recomposición interna, afectando también los programas de incorporación laboral como Chamba Juvenil.

En otras ocasiones, el antichavismo ha recurrido a la emulación de su adversario por una clara muestra de falta de creatividad política y ausencia de agenda propia.

La oposición reconoce de esta forma que la cultura política del país está más cerca de la acera chavista que de la propia, hasta el punto de que en campañas presidenciales de Henrique Capriles tuvieron que prometer el no derogar las Misiones y Grandes Misiones debido a la aceptación y ayuda que ha brindado en la mayoría de la población venezolana.

En esta ocasión, la copia de los recursos desarrollados por el chavismo ocurre cuando el estado de dispersión de la oposición venezolana supera una nueva altura, contribuyendo al creciente rechazo y pérdida de legitimidad que el liderazgo de Guaidó y su equipo está recibiendo de las bases opositoras.

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