El conjunto blanco sale rumbo a la pretemporada en Canadá con la novedad de Hazard y el futuro de Bale y Keylor Navas estancado
La última vez que habló en público, Zinedine Zidane empezó con un resoplido de alivio y terminó con una muestra de esperanza. Fue el 19 de mayo, después de cerrar con una derrota contra el Betis (0-2) un curso negro que enterraba el insólito ciclo de tres Champions consecutivas. Minutos antes, los futbolistas blancos se habían despedido sobre la hierba del Bernabéu aplaudiendo a unas gradas que los silbaban. Zidane se sentó en la sala de prensa y resumió el momento: “Lo mejor es que se acabó”. Un cuarto de hora después, en su última respuesta, señaló a un futuro mejor: “Vamos a realizar una verdadera preparación. Como hace dos años”, dijo, recordando el verano canadiense de 2016 que desembocó en el doblete Liga-Copa de Europa de la primavera de 2017.
El Real Madrid sale este martes hacia aquel lugar de Montreal añorado por el técnico francés, la ciudad deportiva del Montreal Impact, equipo de la liga de fútbol estadounidense (MLS), el Centre Nutrilait, unos campos a orillas del río San Lorenzo. Entre la comparecencia final de Zidane y la primera cita de la pretemporada este lunes en Valdebebas (reencuentros, pruebas médicas), 50 días y 300 millones en fichajes, el mayor gasto de la historia del club, por delante del curso del regreso de Florentino Pérez a la presidencia: 258 millones para la temporada 2009-2010, cuando llegaron Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema y Xabi Alonso.
El Madrid aceleró las dos primeras semanas del mes pasado, en las que anunció compras y presentó jugadores: Jovic, Mendy, Rodrygo y el multitudinario despliegue de Eden Hazard, con 50.000 personas en el Bernabéu. A un ritmo más bajo, también se deshizo de algunos efectivos de una plantilla sobrepoblada: vendió a Kovacic al Chelsea, a Marcos Llorente al Atlético, a Raúl de Tomás al Benfica y a Theo al Milan; y cedió a Odegaard a la Real Sociedad y a Reguilón al Sevilla.
La expedición blanca se dispone a cruzar el Atlántico después de este reguero de movimientos, pero sin haber zanjado todavía la reestructuración más profunda en años. Aquel 19 de mayo Zidane también se refirió a Gareth Bale, uno de los asuntos que siguen abiertos. El galés ni siquiera calentó aquel día, y Zidane se disculpó por no haberle brindado la oportunidad de despedirse del Bernabéu: “Es verdad, no lo he hecho, lo siento. Lo siento por el partido de hoy, que no ha tenido minutos, pero no sé, no sabes ni tú lo que va a pasar el próximo año. Yo tengo que ver lo que estoy viviendo en el día a día. En el día a día tengo que tomar decisiones y cuando las cosas no me gustan o hay algo que no me cuadra, tengo que hacer las cosas como yo las veo, y ya está”.
La semana anterior ni siquiera lo había convocado para visitar Anoeta: “Está muy claro lo que he hecho este fin de semana. Y la próxima tenemos un partido, y luego veremos el próximo año. Ya está”, explicó.
“Cualquiera se daría por aludido”, decían esos días desde la cúpula del club. Pero todas las declaraciones del agente de Bale, Jonathan Barnett, indicaban que no quería sentirse concernido por los mensajes. El galés, con tres años más de contrato, cumplirá 30 el próximo 16 de julio. En Montreal.
Ni ellos se han movido en busca de una posible salida, ni el Madrid ha recibido ofertas, por lo que las impresiones sobre su futuro van cambiando en el club: “Creo que Bale se va a quedar”, dice una fuente de la zona noble; “es difícil encontrar un jugador mejor. Los entrenadores tienen que lidiar con los jugadores que tienen”.
En Canadá estará esperando otro de los asuntos irresueltos. Keylor Navas (32 años), que sí se despidió aquel 19 de mayo del Bernabéu, arrodillado sobre la hierba, brazos en cruz, mientras la grada detenía sus silbidos a la plantilla para ovacionarle, viajó directamente al lugar de concentración desde Costa Rica en lugar de unirse a la expedición en Madrid.
Con el portero de las tres Champions, Zidane tendrá cuatro guardametas en Montreal (el costarricense, Courtois, Lunin y Luca). Poco antes de terminar el curso, a Navas le explicaron que la portería iba a ser para el belga, pero, pese a la intervención del agente Jorge Mendes, todavía no ha sido posible encontrarle un equipo que le pague los cinco millones de euros anuales netos de su contrato y además abone un traspaso al Madrid.
También está pendiente el nuevo destino para una cesión de Dani Ceballos, entre el Tottenham, el Arsenal y el Milan. Y tampoco está cerrado el capítulo de compras, en el que no se ha descartado a Pogba. A todos los espera el nuevo preparador físico, Gregory Dupont, llegado de la Francia campeona del mundo en Rusia y que sustituye a Pintus.
“Después del mal, viene el bien”, dijo también Zidane la última vez que dijo algo en público; “pero no nos tenemos que olvidar de esta temporada, la tenemos que tener muy presente”.