Venir, mirar y desinformar

No creas que porque el payaso se ríe contigo, es amigo tuyo: consejo popular que pudiera definir al reciente encuentro entre Michelle Bachelet y el Gobierno venezolano, en el que no faltaron los abrazos, las risas y los besos diplomáticos.

Muchos confiaron en la imparcialidad de su informe final, quizás sin conocer su talante de lealtad imperial, la misma que le ha hecho guardar silencios cómplices hasta “cuando su hijo, funcionario en La Moneda bajo su mandato presidencial, realizó actividades fraudulentas que la justicia está investigando.

Dijo que no sabía nada. Nunca sabe nada, otros saben por ella, otros piensan por ella”, expone Sergio Rodríguez Gelfenstein, internacionalista venezolano.

Considera el analista que la alta comisionada tiene “rabo de paja”, por su inacción ante los desmanes contra comunidades Mapuches en su país, Chile, así como por la represión de manifestaciones estudiantiles y por ser entusiasta fundadora del Grupo Lima, razones suficientes para dudar de sus apreciaciones sobre nuestro país.

Se ha pronunciado, además, Alfred de Zayas, quien como ex experto independiente de la ONU, le hace a Bachelet una dura crítica: “Es una oportunidad perdida, porque Venezuela ha solicitado y necesita servicios de asesoría y asistencia técnica, pero de buena fe”. Para de Zayas, el documento constituye “una colección de acusaciones infundadas:

1. Tuvo las pruebas en la mano y las omitió: Bachelet garabateó notas y miró las fotos horribles que captaron el momento en que hombres enmascarados atacan a Orlando Figuera, simplemente porque les pareció que era chavista. Tales crímenes de la violencia opositora fueron obviados. “El informe de Bachelet hace que las víctimas sean invisibles y protege a los responsables de la violencia que ha causado tanto daño al país. Nos han decepcionado”, dijeron las familias víctimas de guarimbas.

2. “No es profesional que el personal de las Naciones Unidas ignore o no dé el peso adecuado a las presentaciones de Fundalatin, del Grupo Sures, la Red Nacional de Derechos Humanos y las respuestas específicas proporcionadas por el Gobierno. El principio fundamental que guía a cualquier investigador o investigador honesto es “audiatur et altera pars”. Todos los lados deben ser escuchados”.

3. “El informe también debería haberse centrado en la criminalidad de los repetidos intentos de golpe de Estado. América Latina ha sufrido demasiados golpes de derecha. No hay nada más antidemocrático que un golpe de Estado (…) debería haber recordado el retroceso de los Derechos Humanos de Pedro Carmona en 2002 y el contenido del Decreto Carmona, que probablemente será replicado por varios líderes de la derecha opositora”.
4. Bachelet reconoce que “las sanciones están exacerbando” la situación económica del país, al tiempo que transfiere la culpa a las medidas de un Gobierno en asedio. “El informe presta poca atención al problema central: el bloqueo financiero y las sanciones que causan tanto sufrimiento y muerte”.

5. La propia alta comisionada estaba consciente de los 7 programas de alimentación que el Gobierno sintetizó en una evaluación previa, evidenciando un 400% de crecimiento en la distribución, sin discriminación política. “El Gobierno de Venezuela ha demostrado ya que está haciendo todo lo posible para garantizar la disponibilidad y accesibilidad de alimentos y medicamentos (…) lo que la alta comisionada debería haber exigido es el levantamiento inmediato del bloqueo por Estados Unidos y la UE”.

6. Sigue la campaña de demonización de los colectivos, llamándolos “grupos civiles armados progubernamentales”, a fin de deslegitimar los movimientos sociales venezolanos de base. “¿Propone ese texto en su informe un llamado a que país renuncie a su última línea de defensa contra una operación de cambio de régimen en curso?”, se pregunta la periodista estadounidense Anya Parampil.

7. Se contradice, Bachelet, cuando afirma que las medidas unilaterales en 2017 y 2018 “restringen el acceso del Gobierno venezolano a los mercados de deuda y capital de los Estados Unidos” y “prohíben” las transacciones (…), y al mismo tiempo rechaza que las sanciones sean parte fundamental del problema. “La causa inicial de la crisis económica fue, por supuesto, la dramática caída de los precios del petróleo. La crisis actual está ‘hecha en los EE UU’ y corresponde directamente a las medidas coercitivas y al bloqueo financiero“.

8. Defectuoso y decepcionante: “Está lamentablemente desequilibrado y no arroja conclusiones que puedan ayudar al pueblo venezolano, que sufre”.

Premeditación y preelaboración de escritos

La discusión en torno al informe va más allá de las mentiras, según el analista Sergio Rodríguez Gelfestein, quien afirma que “estaba hecho antes que Bachelet llegara a Caracas. El analista agrega el hecho de que –dada la trayectoria de la mencionada funcionaria– muy probablemente el documento haya sido elaborado en Washington”.

La sospecha se fundamenta en que no se incorporó ninguno de los datos suministrados por el Gobierno venezolano.

William Castillo, viceministro para Comunicación Internacional, denunció ante la ONU el pasado 5 de julio que de las 558 entrevistas realizadas, 460 fueron hechas fuera de Venezuela, lo que equivale a 82% de la muestra.

Todo esto, pese a que personal a cargo de la citada oficina de la ONU visitó dos veces el país durante 2019. La primera en marzo, por 12 días; y la segunda entre el 19 y el 22 de junio, con presencia de la propia ex mandataria chilena.

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