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El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, concedió una entrevista exclusiva a Sputnik en la que no descarta el regreso a Quito para «recuperar la patria». Además, aseguró que los juicios en su contra son para evitar que se presente en las elecciones.
— La fiscalía de Ecuador pidió la prisión preventiva en su contra. ¿Qué tiene que decir con respecto a esto?
— Es el show que continúa. Es el lawfare que no tiene de qué acusarnos y se superan cada día inventando cualquier tontería. Primero fue el caso Balda. Tengo una orden de arresto que nadie ha hecho caso a nivel internacional, Interpol rechazó el pedido de forma humillante de poner alerta roja.
Este caso Arroz Verde, que primero dijeron que Odebrecht había puesto presidente, luego le llamaron sobornos 2012-2016 y por último la audiencia de ayer, la gran prueba para incriminarme fue un depósito de 15 millones de dólares que habíamos recibido de sobornos.
La gran prueba es que recibí un depósito de 6.000 dólares de mi asesora que está presa, Pamela Martínez, en mayo del 2014. Tenemos pruebas hasta la saciedad, los cheques, todo, de que ese fue un préstamo que estaba sobregirado de 6.000 dólares del fondo que nosotros mismos creamos con nuestros aportes. Tengo todos los recibos. Lo pagué en 12 cuotas hasta agosto de 2015. Tenemos todos los recibos. Pero esto es parte del lawfare. Ya se ordenó que me saquen otra orden de arresto y nos van a llevar a juicio. Lo que tratan de hacer es impedirme volver a mi país.
— Usted mencionó que era un fondo comunitario. ¿Quiénes integraban ese fondo?
— La gente del gabinete integraba ese fondo, algunos colaboradores cercanos contribuíamos fuerte. Yo desde el primer día del Gobierno contribuía de forma intermitente, alguna vez ya no pude. Yo aportaba 380 dólares por mes. Habré aportado a ese fondo unos 40.000 dólares. ¿Para qué era ese fondo de solidaridad? Era absolutamente privado. Era para la madre de familia que pedía operar a su hijo en el exterior, para acabar de pagar el préstamo de la viuda del militar heroico que perdió en la frontera. Para nuestros compañeros mismos que perdían el trabajo, dándoles un contrato como artistas o préstamos como sobregiros.
— Otro caso que el Gobierno mencionó en los últimos meses, acusándolo a usted fue el del Instituto de Pensamiento Político, que fue cerrado hace unas semanas. Se dijo meses atrás que ese Instituto había recibido financiamiento de Venezuela para desestabilizar a Ecuador. ¿Qué dice de estas acusaciones?
— Otra gran ridiculez. Este instituto es una fundación que tiene el fin de propagar el pensamiento progresista y defender el legado de la Revolución Ciudadana. Yo soy el presidente de ese instituto. Tenemos contratos con varias organizaciones, países, Russia Today y también estábamos haciendo una consultoría con Venezuela. Por un lado dicen que hemos robado 70.000 millones de dólares y por otro lado dicen que necesitábamos que nos dieran 200.000 dólares para desestabilizar al Gobierno.
¿Para qué quieren cerrar el instituto? Porque saben que yo trabajo ahí y que me pagan unos honorarios como presidente. Lo que quieren es cortarnos nuestras fuentes de sustento para que no podamos siquiera pagarnos un abogado.
— ¿Usted cree que impulsan estos juicios para impedir su reelección?
— Por supuesto. Estos juicios son porque no solo quieren impedir que vuelva al país, sino una posible participación mía en las elecciones. Ellos saben que en las encuestas estamos muy bien. No subestimemos el odio. Hay gente que vive por el odio y yo sostengo que es un sentimiento más fuerte que el amor. Hay gente que vive para odiarme. Eso es un problema porque, como decimos en Ecuador, el anticorreísmo ya perdió el sentido común.
Entre ellos hay muchos periodistas y otros políticos frustrados porque en 10 años le ganamos todo. Hay mucho odio y temor. Saben que cualquier elección se las vamos a ganar si yo puedo regresar al país. Entonces su misión es impedirme regresar al país. Es toda una metodología, esto se lo están haciendo a Lula y a Cristina.
Hay coincidencias con el caso Balda. Meten presa a una asistente, a la cual no conozco, seguramente inocente, la amenazan con 40 años de cárcel y la quiebran. Es capaz de implicar hasta a su progenitora frente a tanta presión. Le ponen un abogado no para defenderla, sino para acusarla. En algún momento se va a saber la verdad. Esta forma que ha abusado del poder de manera tan impune tendrá que asumir las consecuencias.
— ¿Usted piensa regresar al país en los próximos meses o años?
— Pienso regresar al país si me dejan. Sin embargo, yo siempre lo he dicho: yo estoy aquí porque fue mi plan desde el inicio. En el 2014 dije al país que no me presentaría a las elecciones de 2017, de hecho pedí que me hicieran una transitoria para presentarme como candidato y que residiría en Bélgica en forma indefinida.
Dije «me voy a retirar al menos temporalmente de la política o de forma definitiva». Yo estaba cansado, le debía a mi familia años de paz, mi esposa es belga y le debía residir en Europa. Mis dos hijas ya estaban estudiando y residiendo en Europa. Pero no me he podido retirar frente a estos ataques.
Tratan de destrozar el legado innegable de la Revolución Ciudadana, Ecuador nunca progresó tanto como en nuestros años. Pero la prensa es capaz de convertir al héroe en villano. Es un lavado de cerebro.
Hay algo que estudiar porque la democracia es un fracaso si la opinión pública es constantemente manipulada. Los medios de comunicación nos han robado la democracia. Hacen creer que el agua cae para arriba.
Frente a los ataques, me tocó defender mi reputación y el legado de mi Gobierno, defender la patria porque la están destrozando. Si para eso tengo que volver, volveré, les ganaré las elecciones, haré una Asamblea Constituyente para recuperar la patria, porque se han apoderado de las instancias del Estado, y cumplida esa misión, regresaré a Bélgica. Yo no tengo ninguna intención personal. Mi vida por los próximos años está en Bélgica, junto con mi familia.
— Entonces, ¿no descarta la reelección?
— Yo no puedo ser reelegido porque lo prohibieron en esa consulta popular manipulada de febrero de 2018. Si usted revisa la pregunta dos, solo faltó poner mi foto y mi cédula de identidad. Era totalmente dirigida para mí y por eso gastaron 60 millones, prohibiendo la reelección, pero incluso lo hicieron de forma retroactiva.
Eso no existe. La ley es para el futuro, no para el pasado. Para inhabilitarme, dijeron que esto era válido desde el 2008, 10 años para atrás. Porque si era válido desde el 2018 para adelante, podía presentarme todavía dos veces. La idea era inhabilitarme. Eso es inconstitucional.
La idea es que yo corra para vicepresidente o asambleísta. Ganamos la elección, si lo permite el pueblo ecuatoriano, y desde la vicepresidencia organizamos una Asamblea Nacional Constituyente. Hemos vivido de golpe de Estado en golpe de Estado. Metieron a un vicepresidente legítimamente elegido preso sin ninguna prueba para robarle su cargo. Hicieron una consulta popular con leyes retroactivas absolutamente inconstitucional.
Perdieron la elección del Consejo de Participación Ciudadana y en menos de dos meses, como no pueden controlar a los consejeros, les van a hacer un juicio político para que asuman los que perdieron. Ya es algo descarado. La única forma de recuperar la patria es con una Asamblea Constituyente. Recuperamos la patria y yo regreso a Bélgica. Yo no tengo ninguna ambición para mí, mi sueño es tener un país desarrollado.
— ¿Sería candidato a vicepresidente o líder parlamentario?
— Sí. No tengo sentencias firmes. Mis derechos ciudadanos están absolutamente íntegros. Puedo correr a la candidatura que quiero excepto a presidente. Pero como saben que los venceré, están buscando cualquier pretexto para no dejarme participar.
— ¿Cree que quieren apurar los juicios?
— Absolutamente. No existen sobornos. No van a encontrar prueba alguna contra mí. Es todo un trabajo de inteligencia. Primero escandalizar. Odebrecht puso presidente. Luego dijeron que me habían dado 15 millones de dólares de soborno, nadie mostró las cuentas. El 80% de lo que están informando es falso y el 20% es una mezcla malévola de cosas reales con cosas falsas, por ejemplo, el fondo de la Presidencia. Tendrán que probar qué contrato se dio a cambio de esos aportes.
Tendrán que probar que esa persona tenía la capacidad de decidir. No es que yo le doy plata al ministro de Salud para tener una carretera. Tengo que darle al ministro de Obras Públicas que es el que decide. Eso no lo van a encontrar nunca. Tendrán que probar que yo sabía todo. Cuando todos conocen dentro de la Revolución Ciudadana que la regla de oro es que el presidente no se metiera en cuestiones financieras. Obviamente están creando esto para impedirme regresar para siempre al país.
Tenemos una dictadura en Ecuador que está atentado contra los derechos humanos, hay presos políticos como Jorge Glas, sin que le hayan encontrado un centavo mal habido, sigue la persecución a Ricardo Patiño por un discurso que dio una comisión bipartidista en un local cerrado ni siquiera abierto al público. Frente a esos atropellos a los derechos humanos, el mundo calla. No hay problema. Regresaremos. Venceremos y sabremos bien con quién contamos y con quién no contamos.