París.- Un nuevo triunfo en las urnas del presidente boliviano, Evo Morales, era inaceptable para la derecha racista y la burguesía, que no quieren la repartición de las riquezas, advirtió hoy el líder comunista francés Fabien Roussel.
En una declaración a propósito de la dimisión del mandatario de origen aymara, anunciada ayer para evitar un baño de sangre, el secretario nacional del Partido Comunista de Francia (PCF) precisó que las horas dramáticas en el país sudamericano son responsabilidad de los enemigos de la prosperidad económica inclusiva y la refundación democrática.
Se trata de un conflicto de clase exacerbado, un racismo desenfrenado y una furiosa oposición al sistema estatal multinacional de redistribución de la riqueza y conquista de la soberanía nacional, precisó el diputado, quien anoche en Twitter señaló que la situación de Bolivia tiene la etiqueta de un ‘golpe de Estado militar’.
De acuerdo con Roussel, el pretexto del fraude electoral en las elecciones del 20 de octubre, en las que Morales derrotó a los opositores, es una falacia de la derecha con el apoyo de Estados Unidos.
Primero no aceptó su revés en las urnas y luego ignoró la invitación al diálogo y la convocatoria a nuevas elecciones, señaló.
Para el dirigente comunista, no hay dudas de lo que sucede en Bolivia, el empeño en no aceptar el voto de los indígenas por parte de ‘una burguesía, mayoritariamente blanca, y de sectores de la clase media que dejaron la miseria por las políticas del propio Morales’.
La violencia allí no es espontánea, grupos paramilitares impusieron un reino del terror, con ataques a funcionarios electos, persecución de indígenas, incendios de hogares y atentados contra la familia del presidente, subrayó.
En su declaración, Roussel reiteró los motivos del líder boliviano al anunciar su dimisión, que no son otros que evitar derramamientos de sangre: ‘¿Acaso existía otra solución?’.
El secretario nacional del PCF resaltó los cambios con la llegada de Morales al poder en 2005, en un país marcado por las dictaduras, las violaciones de los derechos humanos, la inflación, la corrupción y el narcotráfico, entre otros males.
Roussel demandó el fin de la violencia en Bolivia y el respeto a la vida y la dignidad de todos sus habitantes.