Se registran choques en Bogotá y otras ciudades del país, donde se desarrollan múltiples protestas contra el Gobierno.
En el marco de la huelga y múltiples protestas que se llevan a cabo en Colombia, en la capital, Bogotá, la Policía ha dispersado a grupos de manifestantes con gases lacrimógenos en la plaza Bolívar, centro de la ciudad.
Los manifestantes salieron a las calles desde distintos puntos de la capital colombiana para mostrar su apoyo al paro nacional. Pese a la violenta operación policial, miles de personas, de todas las edades, hicieron sonar la noche del jueves las cacerolas en apoyo a las demandas sociales.
El sonido del ‘cacerolazo’ se escuchó con mucha intensidad en los barrios de la Macarena, la Estrada y la Soledad de Bogotá.
En tanto, las autoridades han decretado este jueves el toque de queda en la ciudad de Cali, en el departamento de Valle del Cauca, así como en el municipio de Facatativá, en Cundinamarca, por algunos actos vandálicos y desmanes registrados.
En Medellín, se han reportado disturbios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Según la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, unas 207.000 personas participaron de las protestas de manera «pacífica» en términos generales. La autoridad agregó que hubo 313 actividades entre marchas, concentraciones y bloqueos.
En tanto, al menos 22 personas han sido retenidas por «afectar la tranquilidad», según informó el director de la Policía Nacional, general Óscar Atehortúa.
De acuerdo al oficial, también se reportan 37 policías heridos. Asimismo, al menos 42 personas fueron atendidas en hospitales, principalmente por «inhalación de gases y por lesiones y contusiones».
El paro nacional de este jueves ha sido convocado por sindicatos, jubilados, trabajadores y estudiantes, en oposición a un proyecto de gobierno de reforma laboral y modificación del sistema de pensiones.
Si bien las manifestaciones se desarrollaron pacíficamente desde temprano, en horas de la tarde una serie de desmanes en inmediaciones a la plaza Bolívar, motivaron la acción del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), que reprimió con gases lacrimógenos.
Según informó el periódico local El Espectador, un grupo de personas movilizadas quitó un telar que protegía el Palacio Liévano, sede de la alcaldía de Bogotá, y comenzó a arrojar piedras y botellas contra el edificio.
Minutos antes, algunos manifestantes habían montado un cerco humano para separar la muchedumbre de los efectivos del Esmad, mientras pedían que la protesta se llevara a cabo «sin violencia». «No lo hagan», gritaron algunas personas a los encapuchados que prendían fuego al mobiliario urbano.
En Bogotá, la jornada incluyó bloqueos en las estaciones del sistema de transporte público Transmilenio. También hubo enfrentamientos en las inmediaciones del Congreso nacional, donde una decena de encapuchados lanzó piedras contra la sede parlamentaria.
En redes sociales se difundió un hecho de abuso policial en medio de la tensión. Mientras efectivos intentaban detener a un joven, una mujer que buscaba protegerlo recibió una patada en el rostro de parte del uniformado.
Pasadas las 18:00 (hora local), algunas personas encapuchadas que permanecían en las inmediaciones de la Universidad Nacional, en Bogotá, arrojaron piedras contra los efectivos del ESMAD, que intentaban desalojarlos de la zona.
En otras ciudades del país también se registraron disturbios. En Cali, donde marcharon alrededor de 20.000 personas según las autoridades, el alcalde, Maurice Armitage, decretó el toque de queda a partir de las 19:00 (hora local). Y amenazó en su cuenta de Twitter: «Quienes están afuera a esa hora, pueden ser detenidos por las autoridades».
Por su parte, el secretario de Seguridad del municipio, Andrés Villamizar, aseguró que alrededor de 150 personas se dedicaron a hacer desmanes para tratar de «generar caos en la ciudad«.
Sin embargo, en la mayoría de los 40 puntos del país donde hubo movilizaciones, no se registraron hechos violentos. En algunos casos, fueron los propios manifestantes los que rechazaron la presencia de encapuchados.
Previo a la jornada de protesta, el presidente de Colombia, Iván Duque, había señalado que la libertad para manifestarse estaba «garantizada», pero aclaró que el Gobierno estaría «implacable con los actos de vandalismo» .
En la mañana de este jueves, en conferencia de prensa, el mandatario declaró sobre la importancia de debatir «deberes», y señaló que «no se pueden invocar derechos para pasar por encima de los derechos de los demás».