* Periodista mexicana revela además que “por cada dólar del Cartel de Sinaloa hay quien gana el triple en EU y el quíntuple en Europa”.
En entrevista con RT, Anabel Hernández revela los acuerdos secretos del Gobierno de EEUU con la organización de narcotraficantes más grande del mundo, y la manera en que el cártel mexicano se convirtió en distribuidor mayorista de cocaína.
Tras años de acuerdos con el Gobierno de EE.UU., el Cártel de Sinaloa, encabezado por el capo Ismael ‘Mayo’ Zambada, se ha convertido en un «factor de estabilidad mundial», de acuerdo con la periodista mexicana Anabel Hernández.
Esto se debe al peso que tiene el mercado ilegal de la cocaína en la economía y las sociedades de varios países consumidores de drogas, que ha permitido que el Cártel de Sinaloa se haya posicionado como el mayor distribuidor mayorista de narcóticos a nivel global.
Sin embargo, la autora del libro “El traidor: el diario secreto del hijo del Mayo” señala que existen narcotraficantes en EE.UU. y Europa que ganan tres o cinco veces más dinero que el Cártel de Sinaloa, a pesar de que tienen poca presencia en los medios de comunicación.
La periodista durante años sostuvo encuentros con el abogado Fernando Gaxiola, que ejercía de enlace entre “el Mayo” Zambada y su hijo Vicente Zambada Niebla, alias Vicentillo, quien se encuentra preso en una cárcel de EE.UU.
«Gaxiola me decía: Por cada dólar que hace el Mayo, hay quien en EEUU hace el triple y hay quien en Europa hace el quíntuple”, señala Hernández en entrevista con RT.
La experta en temas de narcotráfico cuenta que, de acuerdo con Jesús “Rey” Zambada (hermano del Mayo), quien era el contador del Cártel de Sinaloa y se encuentra recluido en una prisión de EE.UU., un kilogramo de cocaína puede dejar un margen de ganancias 66 veces más grande de su costo original en Sudamérica.
«El hermano hace las cuentas y dice: Nosotros en el Cártel de Sinaloa compramos la cocaína en tres mil dólares el kilo en Colombia. Cuando transportamos esa cocaína a México, lo vendemos en 16.000 dólares el kilo. Cuando pasa a Los Ángeles cuesta 23 mil dólares, en Chicago o Nueva York, 35 mil. Cuando va a Italia 50 mil dólares el mismo kilo. Cuando va a Australia cuesta 200 mil dólares el kilo», explica Hernández.
De este modo, el Cártel de Sinaloa compra alrededor de 180 toneladas de cocaína anual, de los que vende el 80 por ciento a otras organizaciones criminales que se encargan de distribuir la droga al 70 por ciento del planeta.
Un negocio en el que, según la entrevistada, participan también políticos y empresarios de todo el mundo, quienes ven en el tráfico de drogas una manera de generar ganancias gigantescas con un bajo riesgo, debido a la impunidad y las redes de protección que reciben estas organizaciones criminales en todo el mundo.
«El problema es que el Cártel de Sinaloa ha generado de una u otra manera, a través de estos concesionarios, ganancias millonarias. Que yo no tengo la menor duda de que, en muchos países, estas ganancias millonarias de la ilegalidad, a través de empresas legales, forman parte de la economía de varios países», expone Hernández.
Y por ello, la periodista considera que «el narcotráfico en este momento, en el mundo, es la expresión más salvaje de la globalización».
«Estamos diciendo que el Cártel de Sinaloa es un factor importante de estabilidad mundial, en el abastecimiento de drogas, y hay países, como EEUU, que es tal cantidad de personas que consumen drogas, por desgracia, que el día que esa droga no exista seguramente serían problemas de inestabilidad política», señala.
El acuerdo del Cártel de Sinaloa con EE.UU.
A lo largo de la entrevista, Hernández relata la manera en que la DEA (Administración para el Control de Drogas de EE.UU.) utilizó intermediarios para pactar con el Cártel de Sinaloa.
Una situación que quedó en evidencia por la manera en que ‘Vicentillo’ Zambada ofrecía información a autoridades estadounidenses a cambio de que EE.UU. le devolviera el favor proporcionándole información al Cártel de Sinaloa para eliminar a sus enemigos.
Una larga historia que incluye episodios como una «insólita» llamada telefónica entre ‘Mayo’ Zambada y su hijo Vicentillo, ante la DEA.
Pero no sólo eso, ya que, además, las autoridades de EEUU han operado para impedir que dicha información salga a la luz, tal como ocurrió con la censura que existió durante el juicio contra el capo Joaquín “Chapo” Guzmán, en torno a la corrupción política entre el Cártel de Sinaloa con altos funcionarios estadounidenses y mexicanos.
«El juez y la fiscalía en todo momento trataron de censurar eso», explica la periodista.
Y mientras el juicio del ‘Chapo’ Guzmán acaparaba la atención de los grandes medios de comunicación, el proceso contra un personaje de mayor relevancia, ‘Vicentillo’ Zambada, pasó prácticamente desapercibido pese a ser el hijo del «jefe de jefes», ‘Mayo’ Zambada, el mayor narcotraficante mexicano en el último medio siglo.
«Vicentillo nunca fue a juicio. Si hubiera ido a juicio le hubiera tocado una sentencia de por vida más 30 o 40 años como se la dieron al ‘Chapo’ Guzmán», explica Hernández.
Zambada Niebla fue condenado a 15 años de prisión en mayo pasado, que incluyen los 10 años que ha permanecido en la cárcel desde que fue arrestado en 2009 y extraditado a EE.UU. Una condena que fue reducida gracias a su cooperación con el Gobierno estadounidense.
La corrupción de expresidentes mexicanos
En este sentido, la periodista explica que el Cártel de Sinaloa también entabló acuerdos con el círculo íntimo de expresidentes mexicanos, ya que, por ejemplo, los hijos de Marta Sahagún, esposa del expresidente mexicano Vicente Fox, «le facilitan durante un largo periodo al Cártel de Sinaloa los precursores químicos para entrar al mercado nuevo de las metanfetaminas», según el testimonio del abogado Gaxiola.
Algo similar a lo que ocurrió durante mucho tiempo con Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública del expresidente Felipe Calderón, que se encuentra bajo arresto en EE.UU. por conspirar para traficar cocaína y favorecer al Cártel de Sinaloa mientras la policía libraba una «guerra» contra los cárteles rivales.
«Mientras Felipe Calderón decía que tenía la guerra contra el narco, en realidad mandaba pedir favores al ‘Mayo’ Zambada», explica Hernández.
Casos que evidencian la manera en que operan desde las sombras las grandes redes del narcotráfico, con ayuda de políticos y empresarios de todo el mundo.