* «El asesinato [de Soleimani] servirá para enojar a muchos en toda la región y aumentará gravemente la situación», opina la analista Narges Bajoghli.
La situación en Medio Oriente es tensa tras el ataque estadounidense en Bagdad, Irak, en el que fue asesinado el mayor general iraní Qassem Soleimani, así como el jefe de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), Abu Mahdi al Muhandis.
Donald Trump, quien según confirmó el Pentágono ordenó el ataque, ha celebrado el suceso. El presidente estadounidense señaló que Soleimani «debería haber sido eliminado hace muchos años».
Mientras, desde Irán ya lanzaron sus advertencias. El presidente Hasán Rohaní manifestó que Teherán y otras naciones de la región «vengarán» el asesinato del general iraní.
Entretanto, el líder supremo de Irán, Alí Hoseiní Jameneí, dijo que a los «criminales» les espera una dura venganza.
Este hecho «traerá un antes y después para toda la región», opina el analista internacional Basem Tajeldine.
En concreto, Tajeldine señala que, con este ataque, «EE.UU. habría comenzado la guerra que acabará rápidamente con su presencia en toda la región».
También considera que, «en adelante, deben temblar los altos mandos estadounidenses en la zona, porque aplicará el ojo por ojo».
Para este analista, EE.UU., así como Israel, cuyo primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha respaldado el asesinato de Soleimani, «han subestimado la reacción de Irán».
Ali Vaez, director de cuestiones iraníes del proyecto International Crisis Group, ha indicado que «esto es nada menos que una declaración de guerra a un país acorralado que cada vez tiene menos que perder».
Según Vaez, Teherán podría sopesar una respuesta proporcional, que no invite a un «contraataque estadounidense» o «podría considerar una respuesta desproporcionada como una disuasión contra una mayor escalada por parte de un presidente estadounidense que dice tener aversión a los atolladeros del Medio Oriente».
Sobre ello, Tajeldine considera que «Irán dará respuesta en el momento más oportuno. No se les conoce por desesperados».
Más que Irán, otros podrían actuar
Aunque considera que la mayor parte de este escenario «sigue siendo incierta», el integrante de International Crisis Group analiza que se «podría desencadenar un ciclo de escalada que podría descontrolarse fácilmente».
Vaez menciona que una preocupación grave en este conflicto es que algunos de los socios iraníes «podrían decidir tomar el asunto en sus propias manos sin esperar la luz verde de Teherán». Entre ellos nombró a «los hutíes», que operan en Yemen y que «ya estaban planeando un ataque por sus propios motivos».
Narges Bajoghli, antropóloga y profesora asistente de estudios del Medio Oriente en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins, opina que el asesinato de Soleimani por parte de EE.UU. fue «altamente simbólico», pero «el problema es que el simbolismo tiene el poder de mover a las personas a la acción».
En su análisis, Bajoghli hace referencia al liderazgo que tenía Soleimani, en especial en su conducción al frente de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), una organización militar cuyo objetivo es la protección del sistema político de Irán.
No obstante, menciona que, más allá de la figura de ese general, está la relación que construyó entre el CGRI y las milicias armadas chiitas iraquíes y libaneses, que considera «larga y profunda». Por lo tanto, la analista señala que «este asesinato servirá para enojar a muchos en toda la región y aumentará gravemente la situación».
¿Por qué ahora?
Este año es electoral en EE.UU., Trump se juega la continuidad de su mandato por otros cuatro años, y este es un motivo que algunos analistas contemplan para entender este ataque. Pese a que en 2011 el actual mandatario estadounidense criticó a su antecesor Barack Obama por querer buscar una guerra contra Irán, considerando que era «la única manera» que tenía de «ganar las elecciones».
A ello se le suma el ‘impeachment’ abierto contra el mandatario estadounidense.
«La acción militar que llevó adelante el presidente Trump contra Irán es en los hechos una declaración de guerra violatoria del derecho internacional y la carta de la ONU. Sin duda, busca desviar la presión de la opinión pública por el ‘impeachment’ en año electoral de EE.UU.», opina Sebastián Hagobian López, relacionista internacional y presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe Juvenil.
Barnett Rubin, del Centro para la Cooperación Internacional, por su parte, escribió: «No veo ninguna manera de parar lo que está por venir. Guerra desde el Mediterráneo hasta el Indo y una dura represión en EE.UU. que puede viciar las elecciones de 2020. Es una prueba para los demócratas: ¿habrán aprendido algo nuestros líderes desde 2003?».
«Trump cree que consiguió su momento Bin Laden en un año electoral. En realidad, ha cometido el peor error estratégico de un líder estadounidense desde la invasión de Irak», dijo Sina Toosi, jefe de investigación y análisis del Consejo Nacional Iraní-estadounidense, una organización con sede en Washington.
Añadió que «las consecuencias se sentirán en los próximos años. El atolladero resultante dañará la posición global de EE.UU. y sus posibilidades de reelección».
Otra lectura es la posición de EE.UU. frente al acuerdo nuclear con Irán, que fue alcanzado en 2015 y del cual Trump retiró a Washington hace cerca de dos años.
Al respecto, Toosi señaló que «la política de Trump con Irán lleva buscando provocar una guerra desde que se salió del acuerdo nuclear en mayo de 2018. Si estalla la guerra, la culpa será simplemente de esta política desastrosa y sus impulsores».