El pasado sábado, Rob Macaire fue detenido momentáneamente durante una manifestación en la capital iraní, siendo liberado después de ser identificado.
El portavoz del Gobierno iraní, Ali Rabiei, ha señalado este lunes que el embajador del Reino Unido en Irán, Rob Macaire —que fue detenido momentáneamente el pasado sábado durante una manifestación en Teherán—, actuó de una manera «completamente no profesional e inaceptable», según informa la agencia ISNA.
«La presencia del embajador en las protestas contradice su autoridad. Sus acciones fueron completamente no profesionales e inaceptables», declaró Rabiei.
El pasado 11 de enero, Rob Macaire fue «detenido como extranjero desconocido en una reunión ilegal» y fue liberado 15 minutos después de que su identidad fuera confirmada, explicó el viceministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, referiéndose a las manifestaciones que se convocaron en Teherán luego de que el Gobierno admitiera haber derribado accidentalmente el avión de Ukraine International Airlines.
Previamente, el Ministerio iraní de Asuntos Exteriores convocó a Macaire para abordar su participación en una manifestación ilegal. Al diplomático se le recordó que la presencia de embajadores extranjeros en reuniones ilegales no está en consonancia con sus responsabilidades como representante político de su país.
Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, calificó la detención del diplomático británico de «violación flagrante del derecho internacional» e insistió en que Macaire fue arrestado sin ningún «motivo o explicación».
Accidente fatal
La aeronave con 176 personas a bordo, que se dirigía a Kiev (Ucrania), se estrelló el miércoles 8 de enero a los pocos minutos de despegar del Aeropuerto Internacional de Teherán. El siniestro no dejó sobreviventes.
El sábado, Irán afirmó que el avión había sido derribado «involuntariamente» debido a un error humano. La catástrofe se produjo poco después de que la República Islámica lanzara un ataque con decenas de misiles balísticos contra bases iraquíes que albergan tropas estadounidenses.
Ese bombardeo fue efectuado como venganza por el ataque con aviones no tripulados ordenado por Washington en Bagdad, que acabó con la vida de 12 personas, entre ellas la del importante general iraní Qassem Soleimani.