No pudo Somoza derrotar al FSLN cuando estaba en el poder, ni el MRS con su traición de 1995. Tampoco lo lograron los golpistas en 2018 mediante la violencia armada, pero estos últimos, en agosto de 2019, elaboraron un paquete de reformas electorales redactado a su medida, que básicamente busca desaparecer al sandinismo una vez que la presión gringa y europea logre, hipotéticamente, hacer renunciar al presidente Daniel Ortega.
Este proyecto, aún vigente, se uniría al plan de los mismos golpistas -también actual-, para desmantelar al Ejército de Nicaragua, a la Policía Nacional y a las organizaciones populares “con ayuda extranjera”, según lo han confesado ellos mismos.
En 2019, transcurrido un año desde la fallida y cruenta tentativa de golpe de Estado, los grupos golpistas encabezados por el MRS, la Iglesia Católica, la empresa privada y la oligarquía local, presionaban para forzar nuevos comicios nacionales, municipales y regionales, en un afán por desconocer los resultados de las elecciones precedentes en las que resultó victorioso el FSLN.
Igualmente, en su proyecto tratan de volver a oxigenar electoralmente a grupos políticos como el MRS, que no han cumplido con el respectivo cociente electoral, por lo que según la ley vigente perdieron su personería jurídica.
Y claro que sí. Sus reformas electorales tendrían obligatoriamente que incluir las recomendaciones de sus dos socios golpistas extranjeros, la OEA y la Unión Europea, y de los jefes del intento sangriento del golpe fallido, los obispos de la Conferencia Episcopal.
Los somocistas y demás vendepatrias que huyeron del país en 1979, incluyendo a guardias nacionales asesinos ahora aliados de los jefes del MRS, podrán optar a ser electos en cualquier cargo al anularse las inhibiciones para los que hayan adquirido otra nacionalidad.
No quedan dudas de que, aparte de intentar deshacerse del FSLN para siempre, los golpistas pretenden imponer un salto involutivo que nos regrese a una situación parecida a antes de 1979, con un ejército y policía hechos a la medida de la oligarquía y sus cómplices, y con una población en total indefensión ante los abusos.
Este es el documento, en poder de Nicaleaks, sobre las reformas electorales a que aspira la oposición golpista: