La Corte Suprema tiene la última palabra sobre la celebración del referéndum cuya propuesta de pregunta nombra explícitamente a Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha decidido llevar este martes ante el Senado la solicitud para celebrar la polémica consulta popular para que se decida si debe juzgar a los cinco mandatarios que le precedieron. Después de que la iniciativa popular no lograse recabar 1,8 millones de firmas, el mandatario ha tomado la iniciativa. La pregunta propuesta incluye, finalmente, el nombre completo de los expresidentes. La fórmula escogida, desvelada este martes es: “¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen y, en su caso, sancionen la presunta comisión de delitos por parte de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto antes, durante y después de sus respectivas gestiones?”.
López Obrador quiere que “el pueblo” se posicione sobre esta cuestión con un sí o un no, durante una votación, dentro de nueve meses, el 6 de junio de 2021. La iniciativa, que coincidiría con las elecciones intermedias, no tiene precedentes y supone un duro golpe a la separación de poderes. El presidente mexicano pidió al Senado que traslade la consulta a la Suprema Corte, que será quien tenga la última palabra sobre la celebración de la consulta ya que tendrá que decidir sobre su legalidad. Los cinco expresidentes no tienen procesos judiciales abiertos, no tienen investigaciones en marcha de la fiscalía y los presuntos delitos que les imputa López Obrador, ni tienen relación entre sí ni está claro que sean delitos.
En este contexto, López Obrador, que ganó las elecciones hace 14 meses con una abrumadora victoria, acusó a Salinas (1988-1994) de llegar al poder mediante un fraude y que con él crecieron las diferencias entre ricos y pobres. A Zedillo (1994-2000) de continuar las políticas neoliberales y a Fox (2000-2006) de intervenir en las elecciones que impidieron su victoria en 2006. Además, se lanzó contra Calderón (2006-2012) por haber puesto en marcha una guerra sangrienta con la excusa de combatir el narco y acusó a Peña Nieto (2012-2018) de corrupción desde la campaña.
El mandatario acompañó la pregunta a los jueces con un juicio político sobre los últimos 30 años al decir que “entre 1988 y 2018 México vivió una desaforada exhibición de la riqueza, quebranto a los bienes públicos, corrupción generalizada, procesos electorales viciados y prácticas gubernamentales que desembocaron en un crecimiento de la violencia”. Según López Obrador, “los hechos no fueron de forma fortuita sino que fueron de la aplicación de un modelo elitista, antidemocrático, antinacional y antipopular”.
El mandatario exhibió su ninguneo al sistema judicial, los partidos de oposición y los medios de comunicación al decir que la pregunta responde al “masivo clamor de justicia” de la población “que se enfrenta a los grises del marco legal”. “Quienes han pedido justicia se encontraron con el aparato y los mecanismos para garantizar la impunidad gracias partidos sometidos al régimen y silencio cómplice de los medios nacionales y extranjeros”, denunció.
Acompañado del consejero jurídico de la presidencia, Julio Scherer, López Obrador dijo que envió su propia pregunta para “tener más seguridad” de que el juicio llegará a la calle en 2021, ante la imposibilidad de sus simpatizantes de reunir las 1,8 millones de firmas necesarias para poner en marcha una iniciativa popular, que solo se puede llevar a cabo durante 15 días el año previo a una elección. “¿Hay un interés electoral en el juicio a los expresidente?”, le preguntaron en referencia a que la consulta coincidirá con unas importantes elecciones intermedias de junio de 2021 durante las que se elegirá a 15 gobernadores, 500 diputados, 30 congresos locales y casi 2.000 alcaldes. “No es una ocurrencia”, respondió el mandatario, en referencia a una cuestión de plazos. “Si no lo hago ahora habría que esperar tres años para poder hacer la consulta”.
La difusión de la pregunta este martes fue el primer evento público de López Obrador dentro de una agenda política donde el mandatario se mueve como pez en el agua. Donde él es el protagonista único y donde sus palabras, hechos o descalificaciones monopolizada desde la mañana a la noche la actualidad gracias a la combinación de la figura presidencial y los golpes de efecto. Una hoja cualquiera del almanaque que resumen dos años de gobierno.
A las siete de la mañana dio su tradicional rueda de prensa de dos horas de duración. En ella habló de la pandemia, de la corrupción, los expresidentes, la rifa del avión presidencial o las encuestas de popularidad que lo colocan en lo más alto. Poco después, a las 11 de la mañana, su asesor jurídico se presentó en el Senado con el documento que contiene la controvertida solicitud de consulta.
A las 4 de la tarde está previsto que se celebre el sorteo del avión presidencial al que ha dedicado muchas horas de sus intervenciones públicas y, esta noche, a la 11 de la noche, volverá a salir en cadena nacional desde el balcón del Palacio presidencial para la celebración de la fiesta nacional del ‘Grito’ de la Independencia. Solo unas horas después encabezará el desfile militar. En solo 24 horas el exitoso candidato que patea comunidades y el Jefe de Estado de un país del G-20 multiplicará sus apariciones públicas. Ni siquiera cuando le preguntaron por el reciente asesinato del periodista Julio Valdivia en Veracruz se desvió del guión para dar a conocer la pregunta.
Entre sus argumentos para deshacerse del avión presidencial y juzgar a los expresidentes, López Obrador insistió en que deshacerse del avión presidencial y juzgar a los expresidentes son promesas de campaña y reprodujo fragmentos de su discurso de toma de posesión en 2018 para confirmarlo. Desde su llegada al poder, López Obrador ha impulsado varias consultas populares sobre temas como la construcción del Tren Maya o el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México y en todas ha ganado con más del 90% de los votos, pero sin apenas participación en ambas.
El primero en reaccionar fue el expresidente Calderón, quien a través de Twitter, criticó al mandatario: “La petición de consulta de juicio a ex Presidentes, es violatoria de garantías elementales (…) Si tiene pruebas fundadas contra mí, que vaya hoy y las presente ante el Fiscal , sin necesidad de consulta. Pero si no tiene pruebas y ni acusaciones específicas, no hay consulta ni votación que valga, debe dejar de hostigarme y respetar mis derechos como cualquier ciudadano. López Obrador está confundiendo la República con un Circo Romano: en lugar de acudir con pruebas a la fiscalía, pregunta a la multitud si se condena o perdona a inocentes, mostrando un dedo pulgar hacia arriba o hacia abajo. Un retroceso de miles de años en materia de justicia”, respondió Calderón.