Karima Oliva Bello
En su discurso del 22 de marzo de 2016 en el Gran Teatro de La Habana, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se empeñó en promover los valores del modelo de la «democracia» estadounidense.
Hoy, a la luz de los hechos en que un grupo de extrema derecha invadió de forma inverosímil el Capitolio en Washington, alentado por el presidente saliente Donald Trump, que se niega a reconocer los resultados de las recientes elecciones, no faltan quienes resuman lo acontecido al espíritu fascista e irracional del mandatario.
Sin embargo, lo que vimos no solo nos habla del carácter funesto de Donald Trump. Estamos ante un modelo de «democracia» agotado que no logra resolver los fuertes conflictos y contener la gran violencia que asolan a esa sociedad.
Las imágenes vergonzosas de estos días y las muertes son sintomáticos de una sociedad en su máxima expresión de decadencia: brutalmente erosionada y doliente.
Tomemos nota para cuando la neocontrarrevolución liberal, socialdemócrata venga a decirnos que nuestra Constitución no sirve porque no hay pluralidad política o lo que es lo mismo, no hay margen para la derecha, sepamos de qué están hablándonos.
Veamos la derecha actuando. ¿Qué resolvería una derecha con músculo político en Cuba hoy? ¿A qué intereses respondería? Grabemos la imagen de la mujer asesinada para cuando un feminismo a imagen y semejanza de la Open Society venga a esgrimir que las mujeres en Cuba mueren en las mismas condiciones que en otras partes del mundo y punto, sin más consideración, sepamos calibrar la falta de rigor en sus análisis.
Lo que acabamos de ver no ha sido un golpe a la democracia (sin paréntesis) en Estados Unidos, porque la norteamericana, desde antes, ya no era una sociedad democrática. Las «democracias» liberales son una alternativa en decadencia.
Copiar su modelo no hará más que agravar las contradicciones de la sociedad contemporánea en términos desfavorables para la mayoría de cubanas y cubanos. Al margen del socialismo, cualquier intento por democratizar más muestra sociedad, no encontrará condiciones de posibilidad para realizarse y será una apuesta fallida de antemano.