EU debe ponerse al lado correcto de la historia

Raúl Antonio Capote | Granma

James P. McGovern, congresista demócrata por Massachusetts, expresó recientemente, en una misiva dirigida al presidente de EEUU, Joe Biden, su posición favorable a un mejoramiento de las relaciones entre La Habana y Washington.

«Tengo muchas ganas de trabajar con ustedes (…) en la reparación de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba (…) y con nuestros aliados europeos», dijo el congresista. McGovern instó a Biden a actuar de manera «rápida e integral» para reparar el gran daño que se ha hecho al pueblo cubano y al estadounidense durante los últimos cuatro años.

Concluyó su carta manifestándole al Presidente: «espero trabajar con usted como socio y aliado en los próximos días para restaurar y promover las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Ofrezco mi ayuda y la de mi personal».

La última vez que McGovern estuvo en suelo cubano fue en abril de 2019, ocasión en la que se reunió con el presidente Miguel Díaz-Canel. Varias voces en EEUU piden al nuevo mandatario que dé prioridad al tema Cuba, entre las que se encuentran organizaciones de peso en política exterior como la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) y el Centro para la Democracia en las Américas (CDA).

Estas instituciones, según refiere 20 Minutos, publicaron una hoja de ruta para Biden, en la que recuerdan que seis décadas de mano dura bloquearon asuntos de interés mutuo y dificultaron la vida de los cubanos. WOLA y el CDA consideran que la celebración este año en EEUU de la IX Cumbre de las Américas, es un buen escenario para que los presidentes de ambos países dialoguen.

Según la opinión expresada por varios analistas, la mayoría de los estadounidenses, empresarios –especialmente el sector agroalimentario– y aliados de Washington, apoyan el entendimiento.

«Biden puede revertir de inmediato cada una de las sanciones de Trump, usando sus poderes ejecutivos, porque fue así como se impusieron», afirmó William LeoGrande, profesor de la Universidad Americana de Washington.

En cambio, el senador republicano por el estado de Florida, Marco Rubio, artífice de muchas de las acciones agresivas de la administración de Donald Trump contra la Mayor de las Antillas, ratificó recientemente su postura anticubana. Señaló que Biden debe elegir si «otorgarle al régimen de La Habana legitimidad internacional a sus expensas o continuar la política que dejó Trump».

Según el senador republicano, en su torcida manera de apreciar las cosas cuando de sus intereses personales y los de sus adláteres de la mafia de Miami se trata, la política de cerco y sanciones aplicada por la anterior administración buscaba apoyar al pueblo cubano.

De «régimen brutal» que apoya tanto a regímenes autoritarios como a movimientos terroristas de guerrilla, calificó Marco Rubio al Gobierno de la Isla, a la que, siguiendo su habitual retórica, señala como una amenaza a la seguridad nacional de EEUU.

Marco Rubio «espera lo peor» de la política de Biden hacia Cuba. Confunde la realidad con sus deseos, manipula y se esfuerza denodadamente en hacer daño a la tierra que lo vio nacer. Otra vez se fue un César sin lograr nada, otra vez Marco y compañía temen perder acciones en la industria de la política anticubana, otra vez suman oprobio a una actuación infame.

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