Con el cuento de que representaba a la comunidad migrante de Nicaragua en Costa Rica, el estafador Gerardo Sánchez vivió durante un tiempo obteniendo apoyo de la Embajada pinolera en el país vecino del sur, lo que aprovechó para estafar a las pobres familias que confiaron en él.
Es así que en junio de 2009, un grupo de personas se decidió a denunciarlo y buscaron al corresponsal de El Nuevo Diario en Costa Rica, ante quien expusieron la estafa sufrida a manos de Gerardo Sánchez y su gente, agrupados en la “Confederación Solidaridad”.
El ahora guerrillero virtual aprovechó la vulnerabilidad emocional de los migrantes nicaragüenses, que habían quedado golpeados tras el terremoto de enero de 2009 en la nación vecina, donde fallecieron unos doce compatriotas.
Sánchez y su grupo obtuvieron miles de dólares con la estafa a los migrantes, a quienes prometieron tramitar sus pasaportes, autenticar sus partidas de nacimiento y récord de policía para facilitarles la estadía en Costa Rica.
Igualmente se burlaron de un grupo numeroso de migrantes mujeres, para quienes fingieron organizar una fiesta por el Día de las Madres y a la hora llegada ni el estafador Gerardo Sánchez ni ninguno de sus compinches aparecieron.
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