MINISTERIO
DE RELACIONES EXTERIORES
Managua, Nicaragua
MRE / DM / DMC
A LA OFICINA DEL ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS DERECHOS HUMANOS (ACNUDH)
Mi nombre es Dr. Paul Oquist. Nací y crecí en los Estados Unidos. Soy ciudadano nicaragüense desde 1981 y exclusivamente desde 1983. Soy autor del libro “Equilibra: The Philosophy and Political Economy of Extinction and Extinction”. Sirvo al pueblo nicaragüense como Ministro-Secretario Privado de Política Nacional en la Presidencia de la República de Nicaragua.
El año pasado tuve mis derechos civiles, políticos y humanos violados por una medida coercitiva ilegal, unilateral por la cual el Tesoro de los Estados Unidos por edicto administrativo sin recurso judicial me convirtió en un intocable económico permanente por haber servido en el Gabinete de Nicaragua a partir de 2007, un cruel y castigo inusual.
En este siglo ha habido ocho golpes de Estado e intentos de golpe en América Latina y el Caribe, a saber: Venezuela (2002), Haití (2004), Honduras (2009), Ecuador (2010), Paraguay (2012), Brasil ( 2016), Nicaragua (2018) y Bolivia (2019). Todos y cada uno de estos golpes e intentos fueron contra gobiernos democráticamente elegidos, de izquierda o progresistas. Esto representa una injerencia masiva en la política latinoamericana y caribeña y una violación de los derechos civiles, políticos y humanos de los pueblos afectados y de América Latina en su conjunto.
En el caso de Nicaragua, la consigna más utilizada por los golpistas fue ¡que se vaya ya!, ¡Go Now !, y al inaugurar la mesa de negociaciones los golpistas la consideraron una mesa de rendición pidiendo la renuncia del presidente Daniel Ortega Saavedra, quien había sido elegido con el 72% de los votos en 2016 en elecciones cuyos resultados fueron congruentes con todas las encuestas de todas las tendencias.
Las entidades vinculadas al golpe han sido financiadas por agencias estadounidenses durante años, y visitaron a funcionarios estadounidenses del más alto nivel, quienes expresaron explícitamente que no solo querían derrocar al Gobierno de Venezuela sino también a los Gobiernos de Cuba y Nicaragua.
El pre-golpe, intento y post-intento han ido acompañados de una campaña de fake news y desinformación, de proporciones goebbelsianas de la Gran Mentira que repetida miles de veces se convierte en un hecho mediático, por muy alejado que esté de la realidad. Este tipo de campaña es muy común en estos días en los medios de comunicación y las redes sociales, pero es lamentable verlo en los informes de derechos humanos, armado a favor de los golpistas que buscan desbaratar las instituciones democráticas.
Denunciamos que esta propuesta está politizada y, si se aprueba, politizará este Consejo.
Esta resolución se basa en la Gran Mentira sobre Nicaragua y es una copia fiel de las posiciones narrativas y ficticias de los golpistas, haciendo de este Consejo un cómplice que reparte castigos de los llamados poderes internacionales. Por lo tanto, Nicaragua expresa su no aceptación y rechazo absoluto a esta propuesta que constituye una agresión contra el pueblo de Nicaragua.
El Sur alzó su voz ante el Consejo de DDHH de la ONU
La sesión 46 del Consejo de Derechos Humanos de la ONU culminó aquí con la adopción de resoluciones, foro en el cual desde el Sur se alzaron voces para denunciar y repudiar las agresiones de siempre.
En el mismo escenario, el mundo fue testigo entre el 22 de febrero y el 24 de marzo de las mismas viejas prácticas de potencias occidentales de singularización e injerencia para utilizar los derechos humanos con fines políticos, justificar sanciones y despejar el terreno para imponer cambios de régimen.
Pese a los recurrentes llamados al diálogo y la cooperación durante los debates, la polarización volvió a estar presente en Ginebra, ratificada en momentos como el voto del proyecto de resolución del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) sobre el negativo impacto de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos.
Presentado por Azerbaiyán y copatrocinado por 122 naciones, el texto quedó aprobado el martes en el órgano de 47 Estados miembros con el apoyo de 30 de ellos, la abstención de dos y el rechazo de 15, estos últimos en su mayoría de la Unión Europea, más Japón, Sudcorea, Reino Unido, Ucrania y el Brasil de Jair Bolsonaro.
El sentido común y la solidaridad reclamada desde Naciones Unidas en tiempos de la Covid-19 parecían sugerir un respaldo más contundente al llamado a detener los bloqueos y las accione punitivas por sus consecuencias en el desarrollo socio-económico y por su desafío a principios como la igualdad soberana y la no injerencia, pero no resultó así.
Nuevamente el Consejo aprobó resoluciones contra Belarús, Irán, Nicaragua, República Popular Democrática de Corea y Siria, entre otros países, sin el beneplácito de los concernidos, mientras Venezuela, Rusia, Cuba, China y varios más fueron blanco de acusaciones durante discursos o declaraciones conjuntas.
La víspera, en la jornada final de la sesión 46, el embajador norcoreano, Han Tae-song, condenó las posturas de injerencia y desprecio por la soberanía, las que conducen a la politización y la confrontación.
Rechazamos las resoluciones portadoras de dobles raseros y selectividad, contrarias al diálogo y la cooperación, afirmó el diplomático en un evento de cinco semanas dominado por las videoconferencias, a partir de las restricciones derivadas de la pandemia.
Por su parte, el representante iraní Mehdi Ali Abadi criticó la pretensión de un grupo de naciones de imponer su supremacía. También el embajador cubano en ONU-Ginebra, Juan Antonio Quintanilla, demandó dejar a un lado las agendas intervencionistas y defendió que cualquier acción esté guiada por el respeto al derecho de los pueblos a la paz y a la vida.
Varias fueron las iniciativas desde el Sur Global adoptadas en la sesión 46 del Consejo, con frecuencia ignoradas por potencias occidentales en un foro que marcó el regreso de Estados Unidos tras su salida por decisión del ahora expresidente Donald Trump.
Washington retornó y lo hizo sin desmarcarse de su tradicional agresividad, las amenazas y las acusaciones siguieron en su discurso, sin olvidar que la víspera defendió lo indefendible: el uso de medidas coercitivas unilaterales, al considerarlas un recurso frente a alegadas violaciones de los derechos humanos.
Respecto a las resoluciones propuestas por el Sur Global, destacaron las impulsadas por Cuba sobre el derecho a la alimentación y el impacto de la deuda externa en el disfrute de los derechos humanos, la introducida por China para promover la cooperación y la colocada en el foro por el Mnoal sobre el acceso universal y equitativo a las vacunas contra la Covid-19.
También resaltaron las presentadas por Pakistán a favor de los derechos humanos del ocupado pueblo de Palestina y la situación en el Golán sirio ocupado.