Este nuevo diálogo se asoma en Venezuela a seis meses de las elecciones de alcaldes y gobernadores.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pidió el «levantamiento inmediato de todas las sanciones» como uno de los tres puntos para adelantar un nuevo proceso de negociación con la oposición de ese país, a seis meses de las elecciones regionales.
Durante su intervención en una reunión con diputados de la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional, como parte de la audiencia pública sobre el proyecto de Ley Orgánica de las Zonas Económicas Especiales, el mandatario manifestó estar de acuerdo «con una gran mesa de diálogo nacional» donde, como ya ha ocurrido en otras oportunidades, participe el Gobierno de Noruega y se invite a «diversos sectores internacionales».
«¿Quieren negociar? Lo primero que pongo en la mesa son tres puntos: levantamiento inmediato de todas las sanciones y medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela; reconocimiento pleno de la Asamblea Nacional legítima y de los poderes establecidos y devolución de las cuentas bancarias a las instituciones como Petróleos de Venezuela (PDVSA), Banco Central de Venezuela (BCV), entre otras».
«Tres punticos empezandito», bromeó durante una transmisión en la televisora estatal.
Maduro aseguró que en esta ronda de conversaciones con la oposición, incluso con los sectores que se han mostrado más extremistas, como el liderado por el exdiputado Juan Guaidó, podrán sentarse e dialogar «cuando quieran, donde quieran y como quieran».
Del mismo modo, les reiteró el llamado a que participan en las venideras elecciones de alcaldes y gobernadores del próximo 21 de noviembre. «Vengan y nos medimos. Será el pueblo con su soberanía quien decida», afirmó.
¿Qué ha dicho la oposición radical?
A mediados de mes, el presidente venezolano había expresado que estaba preparando su agenda previa para sentarse a dialogar y que, de momento, consideraba que la oposición radical debía renunciar al «golpismo» y que sus dirigentes debían rendir cuentas sobre los recursos que han manejado, especialmente los que fueron confiscados ilegalmente por EE.UU.
Esta reacción ocurrió después de que Guaidó sorprendiera a sus seguidores y movimientos políticos aliados al anunciar el llamado ‘Acuerdo de Salvación Nacional’, que contempla «elecciones libres» (que incluyen parlamentarias y presidenciales no previstas hasta 2024) con observación internacional y «garantías democráticas», incluso para los sectores del chavismo. A cambio prometía el «levantamiento progresivo» de sanciones contra el país, que han sido impuestas por EE.UU. con intermediación de él y los sectores radicales que lo respaldan como medida de presión para deponer a Maduro.
A pesar de este giro en su política de boicot a todos los procesos comiciales desde 2017, cuando se eligió la Asamblea Nacional Constituyente, sigue sin reconocer la legitimidad del Consejo Nacional Electoral (CNE), cuyos cinco rectores, entre los que se encuentran dos opositores, fueron elegidos recientemente por el Parlamento, de mayoría chavista, tras un proceso abierto de postulación.
Del lado opuesto más crítico con la petición de sanciones y los llamados abstencionistas, el exgobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, manifestó su respaldo al plan propuesto por el exdiputado. Sin embargo, como ya ocurrió en las legislativas del año pasado, manifestó no estar seguro de participar en las venideras elecciones porque, además de que está inhabitado para ejercer cargos públicos, considera que faltan condiciones, según AFP.
Por otra parte, es posibles que se incremente el sector moderado de la oposición, que ha roto con las tendencias impulsadas por Guaidó y Capriles, y que quiera participar en las elecciones regionales como ya lo hizo en las legislativas, donde obtuvo 20 de las 277 curules de la AN.