En respuesta al informe sobre derechos humanos en el mundo publicado por EE.UU., China divulgó su propio estudio sobre la «preocupante» situación de los derechos humanos que se vive en la nación norteamericana.
Este jueves, el Departamento de Estado estadounidense publicó su informe anual sobre los derechos humanos en otros países, en el que hace hincapié en las violaciones sistemáticas de estos principios en el gigante asiático y en particular denuncia la represión, la restricción de la libertad de expresión y de prensa, el «fuerte» control de Internet y la censura, entre otros problemas.
Por su parte, el documento elaborado por la Oficina de Información del Consejo de Estado chino y citado por la agencia Xinhua, señala que la parte estadounidense hizo comentarios sobre la situación de los derechos humanos en muchos países, sin mostrar un mínimo de arrepentimiento o de intención de mejorar el terrible registro en materia de derechos humanos de su propio país.
«Abundantes datos muestran que en 2014, EE.UU., defensor autoproclamado de los derechos humanos, no experimentó ninguna mejora en cuestión de derechos humanos y, más bien, registró numerosos nuevos problemas», apunta el informe. Además subraya que Washington incluso violó los derechos humanos en otros países de una «manera más descarada».
El informe señala la propagación en el país norteamericano de las armas de fuego, que ponen en peligro la vida de sus ciudadanos, y el uso excesivo de la fuerza policial que provocó la muerte de muchas personas y el descontento público. Pekín además recordó las «crueles torturas» de la CIA y la discriminación racial y los prejuicios raciales en el sistema policial y judicial estadounidense.
Los derechos humanos es uno de los temas más sensibles en las relaciones entre EE.UU. y China. Washington frecuentemente acusa a las autoridades chinas de violar estos principios y Pekín ha instado en repetidas ocasiones a EE.UU. a ocuparse de los problemas con los derechos humanos en su país y no actuar como «juez internacional» interfiriendo en los asuntos de otros países.