El gobierno de Nicaragua plantó cara el martes a la Organización de los Estados Americanos (OEA), y rechazó de manera rotunda lo que denominó “la absurda finalidad de ‘abordar la situación en Cuba’”.
La OEA, un organismo regional sumiso completamente a los designios imperiales del gobierno de Estados Unidos, convocó a una Sesión Extraordinaria del Consejo Permanente a fin de abordar las protestas recientes en la isla antillana, promovidas desde territorio gringo en un nuevo intento desestabilizador.
“… la Delegación de Nicaragua, expresa su más firme rechazo a esa convocatoria que pretende, de pésima fe, hacer eco de una cruel, alevosa, campaña de desinformación y manipulación mediática, promovida con el único objetivo de desestabilizar y generar discordia entre la población de esa Hermana Nación”, señala la carta de la Cancillería nicaragüense a la OEA.
Y enseguida deja en claro que “Nicaragua no atenderá esa convocatoria, ni se prestará a ningún intento de violar, violentar, la Soberanía, la Libre Autodeterminación e Independencia de la Hermana República de Cuba, y exigimos a la Organización de Estados Americanos (OEA), acatar al pie de la letra los Principios del Derecho Internacional”.
Nuestro país le recuerda a los de la OEA, que Cuba es un país libre, soberano e independiente, que hace más de cinco décadas dejó de ser un Estado miembro de esa organización, y que además ha expresado no tener ningún interés en regresar, y esa es una decisión que debe respetarse.
“Condenamos esta actitud persistente, pero predecible, sustentada en prejuicios ideológicos y pretensiones coloniales en contra de los Pueblos Libres de América Latina y el Caribe; esas pretensiones que siempre han sido apoyadas por traidores locales que conspiran contra la Unidad Nuestroamericana y Caribeña, para satisfacer sus propios e insaciables deseos y los de las potencias imperiales”, añade la misiva.
La carta de Nicaragua termina indicando a la OEA que “Cuba es y siempre será un país libre y por lo tanto, nunca será súbdito de ningún Imperio, mucho menos de un Ministerio de Colonias”, término este último aplicado a la OEA en tanto mandadero del gobierno norteamericano.