Prensa Latina
Rusia percibirá de forma negativa los intentos de otros países de interferir en su operación militar en Ucrania, aseguró hoy el portavoz presidencial de este país, Dmitri Peskov.
El alto funcionario respondió así a las declaraciones de la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, respecto a que su país no enviará tropas a Ucrania, pero cabe la posibilidad de que lo haga otro miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Recordó que en su discurso del 24 de febrero, anunciando al país y al mundo la operación militar, el presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió a la comunidad internacional, de forma clara y comprensible, sobre la posibilidad de una respuesta inmediata en caso de intentos de intervención externa en el conflicto.
“Quienes intenten impedirnos, y más aún creen amenazas a nuestro país, a nuestro pueblo, deben saber que la respuesta de Rusia será inmediata y les llevará a consecuencias que nunca han afrontado en su historia”, apuntó ese día el mandatario ruso.
Putin agregó que la dirección del país está preparada para cualquier desarrollo de los acontecimientos y tomó todas las decisiones necesarias al respecto. “Espero que lo escuchen”, subrayó.
Rusia inició la operación militar en Ucrania luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda a su Gobierno para repeler el aumento de la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su intervención para informar sobre el inicio de las acciones militares en la nación vecina, el jefe de Estado ruso afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Fuerzas rusas instan redición a “nacionalistas” en Mariúpul
Por otro lado, el ejército ruso dio un plazo hasta la mañana de hoy para que los nacionalistas ucranianos depongan las armas y abandonen la ciudad de Mariúpol, informó el Centro Nacional de Control de Defensa de Rusia.
El jefe de ese organismo, coronel general Mijaíl Mizíntsev, advirtió que a esos combatientes se les garantizará la vida y podrán viajar a través de los corredores humanitarios a las zonas controladas por el Gobierno ucraniano.
“En caso de que los funcionarios de Kiev vuelvan a abandonarlos y les ordenen morir como mártires, instamos a todos los que se preocupan y valoran su propia vida a que lo hagan de forma independiente o como parte de grupos separados”, señaló.
Manifestó que los jefes de las unidades de la autoproclamada República Popular de Donetsk y de las Fuerzas Armadas de Rusia estarán preparados para ese escenario y garantizarán la salida segura de los combatientes a cualquier zona designada, pero solo sin armas y municiones.
Explicó que los nacionalistas, abandonados por Kiev en esa ciudad, organizaron un terror masivo en los barrios que aún están bajo su control.
“Desesperados y perdiendo la cabeza, los bandidos, al darse cuenta de que Kiev no puede proporcionar ninguna ayuda, han lanzado un ataque terrorista masivo en los barrios de la ciudad que aún controlan”, dijo.
Mizíntsev trasladó la invitación de Moscú para que representantes de Naciones Unidas, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y la Cruz Roja acompañen la operación para evacuar a los civiles de esa urbe portuaria a orillas del mar de Azov.
El también jefe del Cuartel General para la ayuda humanitaria a Ucrania dijo que los neonazis utilizan a más de 4,5 millones de civiles como escudos humanos en ese país, entre ellos, seis mil 838 ciudadanos extranjeros de 18 países.