Alejandra García | Resumen Latinoamericano
Estados Unidos ha decidido excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua de la IX Cumbre de las Américas, prevista del 8 al 10 de junio en Los Ángeles, pero el continente no se ha quedado callado. A poco de conocerse la noticia, las voces se unieron para decir que el encuentro continental no puede llamarse ‘las Américas’ si no incluye a todos los países de las Américas.
Con menos de tres semanas para el evento, hay señales de que podría mostrar la influencia decreciente de los Estados Unidos debido a su política fallida hacia los países que considera «enemigos», y un sentido renovado de unidad dentro de un número creciente de naciones en América Latina.
Durante una entrevista reciente, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó que “Cuba, Nicaragua y el régimen de Nicolás Maduro no respetan la carta democrática de las Américas y por lo tanto no espero su presencia en el evento”.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), refutó esta afirmación durante una conferencia de prensa matutina desde la Ciudad de México. Dijo que se niega a asistir al evento si se excluyen otros países de la región. ¿Cuba, Venezuela y Nicaragua no son naciones del continente americano, o son de otro planeta, de otro universo? AMLO cuestionó.
La actitud de López Obrador fue repetida por los presidentes de izquierda de Bolivia, Luis Arce, y Honduras, Xiomara Castro, quienes parecían galvanizar la posición de AMLO. Mientras tanto, un grupo de países del Caribe también afirmó que no asistiría a la reunión si se invita al autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, en lugar de Nicolás Maduro.
Según varios funcionarios del gobierno brasileño, es posible que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, no asista a la cumbre debido a la gélida relación entre Brasilia y Washington desde que Biden llegó al poder en enero de 2021.
El plan de Washington de excluir a Cuba de la reunión tenía motivaciones políticas. La justificación de esta exclusión es que, según el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, “estos países no respetan la democracia”. Sin embargo, este movimiento está teniendo consecuencias negativas para Biden, quien ahora enfrenta los índices de aprobación más bajos desde que llegó al poder.
Desde la escasez de fórmulas para bebés en EE. UU. a las grandes protestas contra el ataque de la Corte Suprema a los derechos de las mujeres, a más tiroteos masivos, al mayor aumento de la inflación en cuarenta años, la administración Biden parece inepta y su debilidad, un reflejo de Estados Unidos de pie en el mundo, no pasa desapercibido.
Los expertos afirman que el verdadero propósito de la Casa Blanca es tener una cumbre de amigos que puedan aceptar su agenda sin responder, pero esos amigos están disminuyendo. Tal postura es inconcebible, considerando que el evento abordará temas tan cruciales como la salud, la economía y la migración, temas en los que Cuba tiene mucho que decir y aportar.
“Si tienes una Cumbre de las Américas sin los presidentes de México, Brasil y otras naciones, casi no tendrá sentido y será un fracaso”, dijo el excanciller mexicano y actual profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Nueva York, Jorge Castañeda.
Biden no puede excluir a las naciones y al mismo tiempo buscar una nueva era en la relación de su país con América Latina, que necesita unidad para avanzar, contener la migración ilegal y lograr un desarrollo equilibrado.
Washington cree que todavía tiene la autoridad para dar lecciones de democracia, pero después de la última campaña presidencial y elecciones, el asalto mortal al Capitolio, la influencia de los políticos en la exclusión de votantes, la caótica retirada de Afganistán y la inflación sin precedentes; ¿En qué alto terreno moral están parados?