Tercera entrega
El ex embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Paul Trivelli, literalmente “se echó a la bolsa” a los representantes de la oposición antisandinista. La promesa de apoyo económico masivo terminó de quebrantar algún tipo de escrúpulo –si es que lo hubo-, y todos siguieron mansamente las orientaciones venidas de la potencia extranjera.
Representantes de diversos organismos norteamericanos que financian a los partidos de oposición, a las ONG opositoras y a la sociedad civil, asumieron el control de la campaña electoral de 2006, con la esperanza de remontar la intención de voto que daba el triunfo al FSLN.
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