La emotiva ceremonia de asunción. El centro bogotano se llenó de símbolos: una caminata desde la Cancillería hacia el Palacio de Nariño sin alfombra roja, con una guardia indígena, y el pueblo presente con sus diversidades.
Ante una Plaza de Bolívar abarrotada por una multitud esperanzada, Gustavo Petro juramentó como presidente de Colombia. El centro bogotano se llenó de símbolos: una caminata desde la Cancillería hacia el Palacio de Nariño sin alfombra roja, con una guardia indígena, y el pueblo presente con sus diversidades. Se trata del ascenso no sólo de una ideología que nunca gobernó el país, sino de una clase social, una etnia, unas organizaciones sociales, unos trabajadores que no sólo no accedían al poder, sino que eran perseguidos.
Otro símbolo: el líder de izquierda recibió la banda presidencial de la senadora María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, exguerrillero del M-19, asesinado en 1990 cuando era candidato presidencial. Tras juramentar a la vicepresidenta, Francia Márquez, y recibir la espada de Bolívar -demorada por el gobierno saliente de Iván Duque-, Petro se dirigió a a la plaza, parafraseando el final de Cien años de soledad. «Hoy empieza nuestra segunda oportunidad».
Entre las primeras definiciones como nuevo presidente subrayó su voluntad de cumplir el Acuerdo de Paz de La Habana y abrir en diálogo con los grupos armados para terminar con seis décadas de conflicto violento. Y enfatizó que para que la paz sea posible se debe cambiar la política sobre los estupefacientes. «La guerra contra las drogas ha fracasado», dijo contundente.
Drogas
Petro siguió con esa idea, que alude a la política antinarcóticos apoyada económica y militarmente por Estados Unidos. «La guerra contra las drogas ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, durante estos 40 años, y deja 70 mil norteamericanos muertos por sobredosis cada año. La guerra contra las drogas ha llevado a los Estados a cometer crímenes y ha evaporado el horizonte de la democracia».
El flamante presidente colombiano se comprometió a combatir la desigualdad y el hambre. «El 10 % de la población colombiana tiene el 70 % de la riqueza, es un despropósito y una amoralidad». Enseguida habló de una reforma tributaria. «Es simplemente el pago solidario que alguien afortunado hace a una sociedad que le permite y garantiza la fortuna».
Se trata de ir desandando el modelo neoliberal tan arraigado en Colombia. El nuevo gobierno propone como primeras medidas para enfrentar la pobreza, que afecta a más del 40 por ciento de la población, una ley contra el hambre y una renta básica, que figuran en el programa del Pacto Histórico.
La reforma tributaria
Esas medidas demandan recursos. Para el profesor Jairo Estrada Álvarez, del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia, la reforma tributaria es clave para encarar esas iniciativas. «El nuevo gobierno se encuentra con un déficit fiscal que supera el 7 por ciento del PIB, en consecuencia, inicia su mandato con la olla raspada, como se dice en lenguaje coloquial. Si pretende llevar a cabo medidas redistributivas requiere recursos fiscales que deben ser provistos por la reforma tributaria. Dicha reforma puede tener un valor estimado de 12 mil millones de dólares, equivalente a 4 o 5 puntos del PIB y necesita redefinir la estructura tributaria que hasta ahora ha favorecido al gran capital. Es decir, poner a tributar los patrimonios de los grandes potentados. No castigará a los sectores medios y pobres con mayores impuestos».
En su plan de gobierno, Petro anunció que la igualdad de género es posible, y que se deben contemplar las tareas de cuidado, dado que las mujeres suelen dedicar el triple o cuádruple de horas a las mismas. «Es hora de combatir esas desigualdades y de equilibrar la balanza» dijo, y anunció que Francia Márquez dirigirá el Ministerio de la Igualdad.
Futuro verde
Junto a Márquez, feminista y reconocida activista ambiental, Petro encarará un futuro verde, apostando por un modelo sostenible, equilibrando la economía con la naturaleza. Dijo el nuevo presidente colombiano: «Nosotros estamos dispuestos a una economía sin carbón y sin petróleo, pero poco ayudamos a la humanidad con ello. No somos nosotros los que emitimos los gases efecto invernadero. Son los ricos del mundo quienes lo hacen. ¿Dónde está el fondo mundial para salvar la selva amazónica?»
Petro propuso cambiar deuda externa por gastos internos en favor de proteger el medio ambiente. «Si el FMI ayuda a cambiar deuda por acción concreta contra la crisis climática, tendremos una nueva economía próspera».
Ante la presencia de una decena de jefes de Estado, entre otros, Alberto Fernández, Luis Arce (Bolivia); Gabriel Boric (Chile), Xiomara Castro (Honduras), Guillermo Lasso (Ecuador) exhortó Petro a que América latina se una en proyectos concretos. «La unidad latinoamericana no puede ser mera retórica. ¿Hemos acaso logrado una red de energía eléctrica que cubra a toda América?. Es hora de trabajar juntos».
«Petro, amigo, el pueblo está contigo», le gritaban desde una plaza desbordante.
La fiesta en la Plaza de Bolívar
Era una multitud de personas que lo esperaron desde temprano en la mañana, después de hacer filas separadas de hombres y mujeres a lo largo de la Carrera séptima y pasar tres controles en los que palpaban y pedían mostrar el bolso. Una peregrinación hacia Plaza de Bolívar que se vivía como una fiesta.
«El que no salta es el infiltrao», cantaba un grupo de adolescentes. Los jóvenes habían copado Plaza de Bolívar. Como Yodis Irina Yepes, de 18 años. Esta estudiante de ingenieria agrícola votó por primera vez este año. «Me genera emoción que se está haciendo un cambio. Por las juventudes y las minorías que no deberían ser minorías. Es una felicidad ver que la gente quiere un cambio y que personas intelectuales llegan al poder», dijo acompañada de sus amigas.
Sí, se pudo
«Sí se pudo, carajo», gritaba Dianet Larraúnde, 29 años, economista del Valle del Cauca, de origen afrodescendiente. «Vine a estudiar a Bogotá y a buscar más posibilidades, mi familia fue desplazada, mi mamá vive en España porque no conseguía trabajo por su edad. Ver a una vicepresidenta afro es un orgullo, un reconocimiento. Yo amo a Francia Márquez. Espero mayor inclusión, que ahora sí los recursos públicos puedan llegar al Pacífico colombiano muy olvidado y que necesita ayuda».
Ese sentimiento de esperanza también lo transmitían familiares de víctimas de los abusos de las fuerzas de seguridad. Luz María Vázquez llevaba por lo alto la foto de su hermano Lucas Villa Vázquez. «A mi hermano lo asesinaron el 5 de mayo de 2021 en el viaducto César Gaviria de la ciudad de Pereira durante el Paro Nacional. No se ha esclarecido quiénes fueron los responsables ni quiénes los mandaron a matar. El estaba en una manifestación pacífica y dos días antes el alcalde, Carlos Maya, había dado el permiso para que se armaran frentes comunes de defensa civil contra lo que ellos consideraban vándalos y que eran jóvenes manifestantes. Dos días, después le dispararon a mi hermano en el viaducto. Mi hermano tenía 37 años, era deportista. Después de su asesinato entendimos que fue una orden de los políticos de turno«.
Cambios en Seguridad
La joven estaba en la plaza central de Bogotá por la expectativa que le genera el cambio de gobierno. «Francia Márquez y Gustavo Petro fueron perseguidos y estigmatizados por luchar por lo social. Que estén hoy en el gobierno nos da garantías de poder encontrar a los criminales del Paro Nacional. Según información oficial, hubo 90 muertos durante el Paro Nacional pero estamos convencidos de que son muchos más, porque no cuentan a los desaparecidos tirados en los ríos».
El nuevo gobierno encarará reformas en seguridad. Por ejemplo, creará el Ministerio de Paz, Seguridad y Convivencia, que es donde van a ubicar a la Policía -que actualmente depende del Ministerio de Defensa.
«Por fin mi país tiene una opción diferente a la que estábamos acostumbrados», dijo Salomé Angares, mujer trans de 30 años. Esta bailarina y estudiante de trabajo social se definió como activista y espera que la sociedad avance en derechos. «Yo espero del gobierno que haya una cuota laboral para las mujeres trans y educación gratuita, y también una igualdad de derechos en todo sentido. Y este presidente cuando fue alcalde de Bogotá tuvo muy en cuenta a la pobación LGTBI«, dijo. Su deseo se replicaba en los miles que asistieron a la ceremonia de investidura.