Nuria Barbosa León │ Granma
Los ataques de las tropas ucranianas a las zonas aledañas a la central nuclear de Zaporozhye –luego de que esta fuese ocupada por Rusia como parte de su operación militar especial–, mantiene en tensión a la comunidad internacional.
Esa planta nuclear, la más grande de Europa, cuenta con seis unidades de potencia, lo que causa gran preocupación por la posibilidad de que se produzca una liberación de material radiactivo similar –o peor– a la de Chernóbil.
En el lugar hay una cantidad significativa de material nuclear. Aunque no tiene el mismo tipo de reactores que los de la central de Chernóbil, y posee un diseño mucho más seguro, no la hace menos vulnerable a las armas de guerra.
El propio presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha advertido que los ataques de los militares ucranianos contra la central nuclear crean el «peligro de una catástrofe global» que puede conducir a la contaminación, por radiación, de vastos territorios, de acuerdo con Russia Today.
Diplomáticos rusos alertan que Washington, con su retórica «irresponsable», empuja a Ucrania a perpetrar «crímenes» que amenazan con desatar un desastre.
El Ministerio de Defensa ruso denunció, recientemente, que los objetivos de los bombardeos a la planta, por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania, son crear una zona de exclusión de hasta 30 kilómetros y acusar a Rusia de terrorismo nuclear.
Revela, además, que Ucrania lanza ataques deliberados contra el sistema de refrigeración, conscientes de que estas ofensivas pueden desatar procesos descontrolados. Varios expertos coinciden en que es posible suspender la central, pero desde el punto de vista económico no sería conveniente, porque resultaría muy costoso.
La agencia alemana DPA advirtió que hacer la guerra en zonas cercanas a centrales nucleares representa un riesgo extremo, porque una explosión levantaría una nube de polvo radiactivo que cubriría las zonas geográficas más cercanas y también lejanas.
Mark Wenman, experto en el tema, del Imperial College London, explicó a la CNN que lo preocupante en la planta de Zaporozhye debe ser el incendio que se genere y el corte de electricidad. Este último dañaría el sistema de enfriamiento hacia los reactores nucleares.
A partir de ahí se generaría una gran catástrofe con consecuencias impredecibles, daños irreversibles a la especie humana y al ecosistema. Pero, además, está la posibilidad de que exista, posteriormente, una confrontación política y bélica entre las potencias nucleares del mundo.