Augusto Zamora Rodríguez
Buenas noches-días, mis palinuros y atlántidas. Ayer, la agencia rusa de noticias Ria Novosti dio cuenta que bombarderos rusos de largo alcance habían lanzado repetidos ataques de alta precisión contra objetivos militares ucranianos con los nuevos misiles de crucero KH-32, también conocidos como «asesinos de portaaviones».
No es una noticia cualquiera. Estos misiles, como pueden imaginar, están hechos para penetrar el durísimo blindaje de acero con aleaciones de portaaviones y buques similares, lo que se dice fácil, pero que no es. Esto implica que los misiles KH-32 portan una carga explosiva de enorme poder, lo que, empleado en objetivos terrestres, significa que pueden destruir los búnkeres del concreto más robusto.
Según oficiales ucranianos capturados por tropas rusas, la línea defensiva ucraniana, de Kramatorsk a Slaviansk y otros sitios similares, está formada por densos búnkeres de varios metros de profundidad, lo que explicaría el uso de misiles KH-32. Si pueden penetrar y romper el blindaje de un portaaviones, cuánto más fácil les será reventar unos búnkeres de concreto.
Como estas noticias no trascienden a los medios de incomunicación occidentales, les paso la nota casi completa:
“Los misiles KH-32 están destinados a los bombarderos de largo alcance Tu-22M3M modernizados, pero, informa Ria Novosti, una cierta cantidad de aviones de combate de la modificación anterior Tu-22M3 también fueron adaptados para el uso de estos misiles.
«Como parte de [la operación especial de Rusia en Ucrania] los Tu-22M3 modernizados llevaron a cabo una serie de lanzamientos de nuevos misiles de crucero antibuque supersónicos KH-32 en las instalaciones terrestres de la infraestructura militar ucraniana.
“Como resultado, la capacidad de los misiles para alcanzar de manera efectiva y precisa objetivos terrestres se confirmaron completamente en condiciones de combate”, dijo la fuente a la agencia de noticias. «Ni un solo misil Kh-32 fue interceptado por los sistemas de defensa aérea ucranianos», apostilló.
“El objetivo principal del KH-32 es la destrucción de barcos de superficie. El misil tiene características mejoradas para atravesar el sistema de defensa aérea de los grupos de portaaviones, por lo que fue apodado «asesino de portaaviones».
Sin embargo, como explicó la fuente, «hoy en día, el KH-32, en esencia, ya no es un misil antibuque especializado, sino un sistema de misiles universal, que es capaz de alcanzar objetivos tanto de superficie como terrestres de pequeño tamaño con la misma potencia y eficiencia».
“El KH-32 fue puesto en servicio en 2016 y está destinado a una versión profundamente modernizada del Tu-22M3-Tu-22M3M. Este avión aún no ha entrado en servicio con las Fuerzas Aeroespaciales, pues las pruebas de vuelo continúan, pero el misil ya ha sido probado en aviones Tu-22M3 modernizados.
El nuevo misil fue desarrollado para reemplazar al X-22 y heredó un fuselaje ligeramente modificado. Según datos públicos, recibió un motor modernizado con mayor empuje, nuevos equipos electrónicos digitales, incluido un complejo informático, una estación de radar activo-pasivo protegida contra interferencias, y sistemas electrónicos de contramedidas. La velocidad máxima del cohete es cercana a la hipersónica, es decir, de Mach 5, y el rango de alcance es de 1.000 kilómetros.” Fin de la noticia.
Agregamos un comentario nuestro: el empleo de este misil es una, para nos, señal clara de que la estrategia rusa pasa por demoler hasta sus cimientos las líneas de búnkeres ucranianos, como paso previo a la ofensiva de invierno que prepara el ejército ruso.
Ya han sido trasladados 82.000 efectivos de los 300.000 movilizados en septiembre. Se calcula que, para mediados o finales de noviembre, el resto de tropa -218.000 soldados-, más 10.000 voluntarios apuntados, serán enviados al frente de combate.
Si a esto agregamos que la aviación y los misiles rusos están destruyendo la infraestructura de transporte y energía de Ucrania, tenemos el panorama más claro. Lo hemos mencionado en anteriores escritos. Rusia debe escoger entre un final de infierno o un infierno sin final. El final de infierno se acerca con el invierno. Adiós al títere de Kiev.