Un dron del Pentágono fue interceptado por la aviación rusa muy cercano a la zona de exclusión aérea temporal establecida por Moscú en Crimea
Hace poco más de un mes del show de los famosos «globos chinos», que tensaron aún más las relaciones entre Washington y el gigante asiático, en un claro invento estadounidense para tal propósito.
Ahora tocó el turno a otra provocación, esta vez contra Rusia, cuando un dron del Pentágono fue interceptado por la aviación rusa muy cercano a la zona de exclusión aérea temporal establecida por Moscú en Crimea, precisamente para evitar cualquier accidente en medio de los acontecimientos militares en torno a Ucrania.
El dron, de acuerdo con el Ministerio de Defensa ruso, una vez detectado por la aviación, dio un giro brusco y cayó en el Mar Negro. Pero ahora es el motivo usado como campaña para que el Gobierno de Washington «fabricara» la versión de su conveniencia, es decir, hablan de «la peligrosa y no profesional actuación de los aviones rusos», con lo que trata de «desviar la atención de sus problemas financieros», como advirtió, este viernes, la vocera de la Cancillería rusa, María Zajárova.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia condecoró a los pilotos de los aviones Su-27 que impidieron que el avión no tripulado (dron) estadounidense MQ-9 violara los límites de la zona de uso temporal del espacio aéreo.
Al propio tiempo, el gobierno de Joe Biden, acusado de sus vínculos con las recientes explosiones en los gasoductos Nord Stream, pretende desviar la atención internacional, primero hacia los «globos chinos» y ahora hacia el «dron en Crimea».
«La historia de los Nord Stream está llamando a la puerta de la Casa Blanca, de una forma u otra, porque esas historias necesitan ser contadas, las preguntas necesitan ser respondidas», aseveró Zajárova.
De todas formas, según reportes de cnn, Washington ha enviado otro vehículo aéreo no tripulado MQ-9 Reaper a la zona cercana al Mar Negro donde cayó el dron que intentaba entrar en el área limitada de Crimea.
Es evidente que el peligro acecha entre globos y drones, mientras una metástasis sistémica corroe la economía estadounidense.