No han encontrado eco en Nicaragua los que buscan desestabilizar el gobierno sandinista, pese a que llevan varios años y millones de dólares invertidos en la preparación de personas que se atrevan a “calentar las calles” a como está ocurriendo en otros países de América Latina.
El dinero corre a raudales entre los ONG opositores, principales destinatarios de los organismos norteamericanos y europeos que conspiran contra los gobiernos considerados “hostiles” a Estados Unidos, como es el caso de los integrantes del ALBA.
En muchas ocasiones no hace falta siquiera que lo pidan, los organismos financiadores de los golpes de Estado les hacen llamados para que apliquen en busca del dinero que parece sobrarles en abundancia.
Siempre habrá una fachada para intoxicar mentes en contra de los gobiernos progresistas o de izquierda: foros, capacitaciones, fiestas juveniles, encuentros religiosos, apoyo a grupos de lesbianas y gays, campamentos ecológicos, etc.
El resultado de la inversión se expresa en marchas contra el canal interoceánico y contra el Consejo Supremo Electoral en este momento. Ya encontrarán otras motivaciones para intentar sembrar la semilla del caos.
NicaLeaks obtuvo un llamado del denominado Fondo Holandés de Derechos Humanos para Centroamérica en el que incita a “fortalecer la sociedad civil”, de la que ya sabemos quiénes la componen en Nicaragua
Aquí la “sociedad civil” se mantiene desde 2007 en perpetuo enfrentamiento con el gobierno sandinista, al que pretende imponerle normas de comportamiento dictadas por la USAID y otros organismos desestabilizadores.
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