¿Dónde está la libertad?

Por Iroel Sánchez 

Una breve historia.El periodista español Pascual Serrano es uno de los periodistas que ha sido expulsado de medios de comunicación de propiedad privada en su país a partir de su postura sobre la guerra en Ucrania. Se le acusa de “posiciones pro-rusas”.Algo rarísimo: esos medios no estatales, y por tanto «libres», que han expulsado a Pascual, coinciden sobre el conflicto ruso-ucraniano con el Gobierno español , el de Estados Unidos y la Unión Europea. El analista de medios y de política internacional ha replicado que sus posturas 
 

«no son pro-rusas, porque evidentemente nadie en Europa está defendiendo a Putin. Quiero recordar que el principal partido de la oposición en Rusia es el Partido Comunista… 

«(…) El problema es que no necesariamente estamos con la OTAN. Claro, tenemos que dejar claro que lo que no vamos es a situarnos en nombre de una supuesta defensa de la legalidad internacional por parte de quienes llevan décadas violándola». 

Antes, Pascual, como otros periodistas occidentales, perdió sus colaboraciones en los medios rusos Sputnik y RT, prohibidos en Europa, en un proceso que describe como ilegal: 

«Ha aparecido alguien, que es la Comisión Europea —que es un engendro que no ha elegido nadie, que no ha votado nadie y que no representa a nadie—, y ha decidido que los medios rusos, básicamente Russia Today, la televisión; y Sputnik, la agencia informativa, estén prohibidos, inaccesibles en todo el territorio de la Unión Europea. 

«Todo eso se aceptó sin rechistar por parte de los gobiernos. No pasó por ningún parlamento, no pasó por ninguna institución judicial; ningún juez dijo nada. Todo eso tuvo la complicidad y el silencio de los medios de comunicación grandes, de los grupos, de los principales grupos de periodistas, asociaciones de periodistas que son básicamente de derecha en el caso español, y yo creo que es la muestra de que hasta esas libertades de las que se llena la boca el capitalismo, como lo es la libertad de expresión, hasta eso, algo a lo que creíamos que teníamos derecho como la libertad de expresión, ahora hemos descubierto que también era mentira». 

Pudiera argumentarse que esos medios reciben financiamiento de un gobierno que hace una guerra a España, pero es a Ucrania, que no es ni miembro de la Unión Europea. 

En ningún caso las publicaciones de Pascual Serrano en esos medios rusos eran sobre temas internos de España sino sobre temas de actualidad internacional, pero eso no fue óbice para que sucediera. Tampoco RT ni Sputnik dedicaban el 90% de su espacio a temas de interés solo de los españoles o publicaron alguna vez textos con llamados explícitos a la acción política como es el caso de alguna corresponsalía extranjera acreditada en Cuba llamando a una huelga o exigiendo al gobierno cubano cumplir la Constitución, mucho menos han articulado una quinta columna dentro de Europa que participara en un intento de golpe blando, circunstancia en que algunas de esas corresponsalías intentaron actuar como voceras de una “oposición cubana”, claramente financiada desde un tercer país que lleva más de sesenta años en guerra contra la Isla. 

Pero nada, ni esas corresponsalías han sido cerradas, ni los medios para los que trabajan han sido prohibidos por el gobierno cubano, son accesibles desde  cualquier terminal con acceso a internet, aunque, según sus casas matrices, la libertad no está en Cuba sino en España. 

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