Enemigo de las grandes corporaciones, el hoy congresista por el estado de Vermont buscará superar a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton en las primarias del Partido Demócrata. Ex carpintero y documentalista, fue tres períodos alcalde de Burlington.
A cinco meses de las elecciones primarias, el senador estadounidense Bernie Sanders es la opción socialista para hacerse con la candidatura presidencial demócrata. Declarado enemigo de las grandes corporaciones, el hoy congresista por el estado de Vermont buscará superar a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton en los comicios partidarios. La presencia del veterano político incomoda a la esposa del ex presidente, ya que se especula que su candidatura podría forzarla a tomar una posición más hacia la izquierda.
Nacido en 1941 en Nueva York, Sanders se trasladó luego de su graduación a la ciudad de Burlington, la más importante de Vermont, donde se desempeñó como carpintero y documentalista. A los 40 años fue elegido alcalde de esa ciudad por un margen de tan solo diez votos de diferencia. Durante su alcaldía, se focalizó en desarrollar la vivienda económica, fiscalidad progresiva, crear políticas de protección del medio ambiente y en ampliar los derechos para mujeres y niños.
Luego de tres períodos de dos años cada uno al frente de la alcaldía de Burlington, Sanders fue elegido en 1990 para representar a Vermont en la Cámara de Representantes del Congreso. Se desempeñó durante 16 años en ese cargo, donde con el tiempo se ganó el apodo de “rey de la enmienda”, por aprobar más revisiones que cualquier otro miembro del Congreso. Por ejemplo, en diciembre de 2011, Sanders propuso la revisión del fallo de la Corte Suprema que da luz verde a las corporaciones para contribuir sin límites a las campañas políticas. Mientras estuvo en la Cámara alta, Sanders también surgió como una voz progresista sobre el cambio climático. Al respecto, el candidato demócrata se pronunció el martes a través de su cuenta de Twitter, en coincidencia con la visita del presidente Barack Obama a Alaska para encabezar una cumbre sobre el cambio climático. “Los políticos que niegan el cambio climático a pesar del abrumador consenso científico están moralmente en bancarrota”, escribió.
Además, defendió abiertamente cuestiones referidas a las libertades civiles, y fue particularmente crítico de las políticas de vigilancia de masas, como la llamada Ley Patriótica, que causó escándalos por su violación de privacidad a los ciudadanos estadounidenses a través de la agencia estatal de seguridad NSA. “Estados Unidos de ninguna manera debe acumular registros telefónicos de decenas de millones de estadounidenses inocentes, porque no es una práctica democrática”, sostuvo el senador.
A finales de abril de este año, Sanders lanzó su campaña por la nominación demócrata. Contrario a otros candidatos que anunciaron sus ambiciones presidenciales en congregaciones en Washington o bien a través de Internet, el veterano político hizo su anuncio desde un sencillo podio colocado en el jardín norte frente al Capitolio. En vez de entrar sin música introductoria o espectaculares videos que apelan a lo emotivo, el senador simplemente caminó hasta el atril, hizo una corta declaración y tomó preguntas de los periodistas que asistieron. Con este gesto se ganó la aprobación del Comité Demócrata Nacional, que se manifestó complacido con su lanzamiento. “Me pregunto, hoy en día, si es posible para un candidato que no sea multimillonario ni esté comprometido con la clase multimillonaria llevar a cabo una exitosa campaña”, expresó durante el acto. “Si ése es el caso, me gustaría que todos ustedes reconocieran el triste estado en que se encuentra la democracia estadounidense”. Sin embargo, la campaña de Sanders anunció haber alcanzado más de un millón y medio de dólares en donaciones aportadas a través de internet en las primeras 24 horas desde que anunció su candidatura. Un fenómeno de atracción de pequeños donantes para financiar su campaña como el del senador puede compararse con la que logró Obama en 2008.
Citado por el diario español El País, el vocero del Centro sobre Política de la Universidad de Virginia, Geoffrey Skelley, señaló que el hecho de que Sanders se considere a sí mismo como socialista lo coloca en una posición particular dentro de los candidatos a la presidencia. “Está abarcando un espacio ideológico a la izquierda que no estaba siendo ocupado por nadie. (Hillary) Clinton forma parte de un centro más pragmático, y si (el actual vicepresidente) Joe Biden decide presentarse, pugnará por los mismos votos que ella”, dijo. “Sanders habla de una desigualdad que preocupa mucho a la gente y tiene una carrera coherente con ello”, agregó. Al respecto, el discurso del congresista podría resultar atractivo para colectivos que no encontraron representación política, como el movimiento Occupy Wall Street, que tiene como eje de sus protestas la desigualdad social y la avaricia de las corporaciones.
Si bien durante los últimos días Sanders se acercó bastante a su principal competidora (particularmente en el estado de Iowa, donde las últimas encuestas sostienen que se encuentra a siete puntos de Clinton), la posición del senador por Vermont a la izquierda del electorado no resulta muy popular en un país donde la palabra socialista no tiene una connotación positiva. Además, disputará su lugar con una candidata que posee una inmensa maquinaria política de influencia y una amplia cantidad de fondos para financiar su campaña. Sin embargo, Sanders puede resultar una opción interesante para los sectores del Partido Demócrata que buscan una alternativa a Clinton, a quienes consideran demasiado moderada y muy apegada a las corporaciones.