Más de 100 mil personas se movilizaron en todo el país por la renuncia de la golpista Dina Boluarte en Perú. Nuevamente detenciones y heridxs
A pesar de un operativo represivo gigantesco y una campaña de miedo de varias semanas, una multitud participó en las calles de la llamada Tercera Toma de Lima este 19 de julio. Las demandas centrales fueron, además de la salida de Boluarte y la renuncia del Congreso completo, una Asamblea Constituyente para refundar el país. Con respecto al ex presidente Pedro Castillo, un sector importante de las organizaciones reclamaron su restitución en el cargo, mientras que otros sectores demandaban elecciones inmediatas.
El operativo de las fuerzas represivas incluyó barreras policiales en edificios públicos, carros hidrantes, motos y presencia de tanquetas como parte del amedrentamiento al pueblo. Sobre el final de la movilización, cuando las columnas intentaron llegar al Congreso, fueron reprimidas con gases lacrimógenos. Hubo al menos seis heridxs de gravedad y además detenciones.
Entre las organizaciones presentes estuvieron la Central Única Nacional de Rondas Campesinas del Perú (CUNARC), la Confederación General de los Trabajadores del Perú (CGP), docentes, quechuas y aimaras, mercados y diversos colectivos de derechos humanos, de género y un bloque de artistas masivo que nutrió de color, música e intervenciones la movilización.
Paralelamente a la Toma de Lima, se realizaron movilizaciones en 53 puntos del país que también enviaron sus delegaciones a la actividad central en la capital y siete vías nacionales fueron bloqueadas durante la jornada. La marcha en Lima partió de diferentes plazas importantes de la ciudad, pero se constituyó en una columna unitaria que recorrió edificios de gobierno y terminó en la Plaza San Martín.
Entre las delegaciones de regiones que viajaron hacia Lima estuvieron Central Única de Rondas Campesinas de Huancamba, región Piura. Su presidente, Jesús Raúl Meléndez de Guayama, explica que, a las demandas generales de la Toma, adicionan una lucha histórica de su pueblo contra la minería depredadora. “Llevamos 20 años de lucha en los que fuimos perseguidos y reprimidos por oponernos al proyecto minero Río Blanco. La presidenta usurpadora, Dina Boluarte, está queriendo dar luz verde a las concesiones mineras, quiere renovarlas, a pesar de que no tienen licencia social”. Y agrega “es por eso que nosotros desde acá hemos venido a respaldar a nuestro pueblo peruano y a exigir que este gobierno renuncie y también este Congreso corrupto se cierre y se haga un referendo para la nueva constitución”.
Nicolás Aguilar Ibarra, miembro del Grupo Emancipador con sede en Lima y militante con amplia experiencia sindical, describe la movilización como un momento para acumular fuerzas en el camino de la destitución de Dina. “El golpe de estado fue manejado desde la Embajada de EEUU por lo que la lucha no es solo por la restitución de Castillo, sino por un cambio de este sistema neoliberal que viene manejado desde el norte y entre otras cosas hizo que solo el 5 por ciento de la población económicamente activa tenga un trabajo registrado y pueda organizarse”, afirmó. Para el entrevistado, la demanda de una Constituyente también podría ser un proceso aglutinador para cambiar el carácter neoliberal de Perú.
En la Plaza 2 de mayo, la campaña “No más Muertos por protestar” realizó una intervención con cruces y ataúdes mencionando los nombres de lxs más de 60 muertos de la represión del verano pasado. Abel Gilbonio, vocero de la Campaña, explicó que la misma agrupa además a un conjunto de defensores ambientales que denuncian asesinatos policiales previos a las protestas contra Dina, en conflictos territoriales. “Es una articulación a nivel nacional, principalmente ubicada en el sur del país y también en Lima que reúne colectivos, defensores ambientales, instituciones también de derechos humanos, etc. que están empujando y levantando esta consigna para que pare el uso indiscriminado, el uso criminal de la fuerza pública contra el derecho legítimo de la protesta ciudadana”. Señala que la campaña intenta enfrentar el miedo de las personas a movilizarse. “Hace años salíamos a protestar y bueno, sabíamos que podía haber confrontación, pero ahora la gente tiene miedo, porque tiene miedo a que sea criminalizada, que sea acusada de terrorista, o lo máximo, que sea asesinada”.
Con respecto a la relación entre los proyectos extractivista y el golpe de Estado, Abel afirma que “hay todo un impulso después del 7 de diciembre para que se implementen una cantidad de proyectos mineros en el país. Los defensores ambientales que han sufrido constantemente la represión, la criminalización, el asesinato en los territorios principalmente mineros del país, en este momento son los territorios que más levantado están, por el litio, por el cobre, que se necesita en otras latitudes y que Perú es rico en eso. Y sabemos que hay todo un andamiaje desde el Ministerio de Energía y Minas para agilizar los proyectos mineros a costa del derecho al territorio, al derecho al ambiente, al derecho a la salud de las comunidades y las poblaciones indígenas”.
La colectiva “Retablos por la memoria” se movilizó llevando en andas un enorme cartel con la consigna “Ninguna mujer con Dina” en uno de sus lados, con rostros de luchadoras en contra de la actual dictadura en el dorso, bellamente pintados. Asimismo, realizó una intervención participativa en 100 carteles ilustrados, con espacio para que manifestantes colocaran sus demandas y las llevaran a la marcha. Isabel, una de las integrantes de esta colectiva de mujeres artistas, explica que tuvieron la idea de utilizar este formato de cuadrito típico de la región de Ayacucho, como una forma novedosa para visibilizar de manera creativa las demandas en las movilizaciones.
Con respecto a la frase que eligieron para encabezar su columna, “Ninguna Mujer con Dina”, comentaron que alude a que la actual presidenta de facto en sus discursos usa la figura de mujer para poder manipular a otras mujeres, diciendo que ella es mujer, que ella es madre, que ella se preocupa; es un poco un recurso de manipulación, no es que se llame feminista, pero más o menos quiere ir por ese lado y la idea de este lema de hacer este retablo grande de conmemoración es un poco para contrarrestar esa manipulación”.
Estas son solo algunas de las organizaciones, experiencias y sectores movilizados en esta Tercera Toma de Lima en el marco de una diversidad de sujetxs. Entre ellxs, un alto número de autoconvocadxs que decidieron salir a pesar de la criminalización creciente de un régimen de facto con una oposición del 95 por ciento de la población. Sin dudas haber logrado conjurar el miedo y volver a las calles masivamente, es un antídoto efectivo contra un estado dominado por un grupo concentrado, violento y profundamente racista que le teme al pueblo. La lucha por la libertad de lxs detenidos, el desprocesamiento a luchadorxs y la justicia por los crímenes de esta dictadura continúan.