Alimentos vs. bombas de racimo

El Acuerdo de granos, suscrito por Rusia, Ucrania y otras entidades europeas y de Naciones Unidas, fue conducido al colapso por quienes en Occidente optaron por manipularlo políticamente, de manera que favoreciera a naciones europeas, en detrimento de quienes más lo necesitan en África 

Desde Washington, la noticia llegó con el título siguiente: Aprueba Biden enviar bombas de racimo a Ucrania. Otro despacho noticioso –con fotos y todo– muestra esas bombas –por cierto, prohibidas, de acuerdo con convenciones internacionales– cuando llegaban a manos del ejército en Kiev. 

En similar espacio de tiempo, el pasado jueves el Servicio Federal de Seguridad de Rusia frustró un intento, de los servicios especiales de Ucrania, de realizar un atentado terrorista en uno de los buques de la Flota del Mar Negro, con misiles de alta precisión a bordo. 

De no haberse detenido al presunto autor del macabro plan, un hecho militar de incalculables dimensiones llevaría el actual conflicto a un paso del estallido de una catástrofe de consecuencias irreversibles. 

En este contexto, hay que referirse a la otra cara de la moneda, y a noticias alentadoras como que Rusia celebre en estos momentos una Segunda Cumbre con África, centrada en la colaboración económica y la paz, que pone en primer término la voluntad de Moscú de facilitar el envío de granos a las naciones africanas, incluso gratis, para los más necesitados. 

Al intervenir en la cita, que se realiza en la ciudad de San Petersburgo, el presidente Vladímir Putin anunció que «Rusia puede suministrar grano tanto de forma comercial como gratuita a los países necesitados de África», reportó el sitio Sputnik. 

También precisó que Moscú suministró 11,5 millones de toneladas de cereales a naciones del continente africano en 2022, y casi diez millones de toneladas en los primeros seis meses de este año, a pesar de las sanciones impuestas a las exportaciones.

 

Asimismo, Putin afirmó que Rusia está dispuesta a suministrar sin pago a Burkina Faso, Mali, Eritrea y a otros países africanos, entre 25 000 y 50 000 toneladas de cereales. 

En la Cumbre de dos días participan 49 delegaciones africanas, muchas al más alto nivel, así como representantes de la Unión Africana (UA). 

Los allí presentes y los pueblos a los que representan no podrán olvidar que el Acuerdo de granos, suscrito por Rusia, Ucrania y otras entidades europeas y de Naciones Unidas, fue conducido al colapso por quienes en Occidente optaron por manipularlo políticamente, de manera que favoreciera a naciones europeas, en detrimento de quienes más lo necesitan en África. 

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