Ucrania tiene dos tipos de mercenarios para contratar en la guerra que la OTAN y EE.UU. llevan a cabo en su territorio contra Rusia.
El ejército ucraniano tiene dos tipos de mercenarios para contratar en la guerra que la OTAN y Washington llevan a cabo en su territorio contra Rusia. Uno, el personal preparado que suele manejar los equipos y tecnologías más avanzadas, proporcionadas por las potencias occidentales y que suelen ser oficiales de los mismos países de la OTAN y, por otra parte, una gran masa de “carne de cañón” que son lanzados al campo de batalla terminando sus días con algo de dólares en sus cuentas, pero al final de la jornada, como un número más en las enormes bajas en las filas de las fuerzas del régimen kievita. Entre estos últimos se encuentran, precisamente, los mercenarios latinoamericanos e igualmente aquellos que Washington y el pentágono les permite.
En numerosos informes públicos e incluso entregados ante organismos internacionales, el gobierno ruso, a través de su Ministerio de Defensa, ha denunciado que cerca de 80 países, utilizando incluso sus representaciones diplomáticas como agencias de empleo, tiene connacionales contratados como mercenarios en Ucrania. Se ha consignado que los países latinoamericanos que más combatientes han aportado en esta coalición de tropas contra Rusia, destacan Colombia – de larga tradición en este tipo de materia, incluyendo el sicariato, como fue el caso del asesinato del expresidente haitiano Jovenel Moises (1) suma a Argentina, México y Ecuador.
Medios como Sputnik han alertado, por informes del Ministerio de Defensa ruso que “Kiev intensificó la labor de reclutamiento de combatientes de países asiáticos, latinoamericanos y de Asia Occidental, sobre todo de Argentina, Brasil, Afganistán, Irak y las zonas de Siria controladas por las llamadas Unidades de Autodefensa Kurdas” junto a la labor realizada por monarquías del Golfo pérsico como Arabia saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, que junto a la CIA mantienen conversaciones para contratar combatientes que provienen de grupos extremistas que han combatido en la agresión contra Siria y Yemen. El precio promedio a cobrar ronda los tres mil dólares mensuales, para una labor donde sólo se tienen dos alternativas, tomando en cuenta el elevado número de bajas de estos mercenarios: morir o salir de Ucrania, incluso con alegatos de malos tratos y humillaciones recibidas por parte de su empleador, el ejército ucraniano, como lo han denunciado los propios mercenarios colombianos, reprimidos en sus demandas (2)
La llamada legión Internacional de defensa territorial de Ucrania, creada por el gobierno del régimen de Vlodímir Zelenski está conformado por al menos 20 mil mercenarios. Anunciada el día 27 de febrero del año 2022 – 3 días después del inicio de la operación militar de Rusia para desnazificar y desmilitarizar al régimen de Kiev y donde se llamó, por el ministro de Relaciones Exteriores Dmytro Kuleba a ponerse en contacto con el Agregado de Defensa de la Embajada de Ucrania en los países donde los interesados quisieran ser parte remunerativamente de esta guerra (3) Una idea que ha sido ampliamente difundida por los medios de comunicación occidentales, que propician y apoyan esta iniciativa, destinada a proporcionar carne de cañón militar latinoamericana a Ucrania a precios mucho más bajos que las empresas contratistas estadounidenses o europeas.
Los Estados Unidos, por ejemplo, que ha proporcionado el sistema de misiles tierra-aire de largo alcance MIM-104, Patriot, fabricado por la compañía estadounidense Raytheon, necesita un equipo de operación que Ucrania no posee, pues la formación de sus operadores no es de la noche a la mañana. Ante esa realidad, en opinión de analistas militares adscritos el medio “Military Watch magazine” Ucrania está utilizando mercenarios, principalmente europeos, para el entrenamiento, capacitación en incluso el uso en terreno de este sistema de misiles. Rusia ya ha destruido varios de estos sistemas, lo que ha sido acallado por medios de información occidentales sobre las bajas de miembros de la OTAN, lo que ha significado un duro golpe para una tecnología que se ha presentado como invencible y, sin embargo, las armas rusas han dado buena cuenta de ellas.
El mencionado medio de análisis militar señala que la decisión de Washington de entregar los sistemas Patriot estuvo motivada, en gran medida, por la excusa de fortalecer las defensas de las principales ciudades ucranianas. No solo se consideró que ciudades como Kiev podían ser abandonadas, debido a la rápida destrucción de la infraestructura en los ataques rusos “sino que la red de defensa aérea existente de Ucrania, que dependía de los arsenales masivos heredados de la era soviética, también se había agotado. Sin embargo, se consideró que Patriot, como un sistema de armas altamente complejo, era demasiado avanzado para que el personal ucraniano pudiera entrenarse para operar a tiempo, para que los activos tuvieran un impacto en la guerra, lo que significa que cuando los sistemas se desplegaron en abril de 2023 hubo la especulación generalizada de que los contratistas militares de los países occidentales eran responsables de su dotación y mantenimiento. Así, el personal occidental sobre el terreno ha desempeñado un papel muy importante en el terreno, desde los Royal Marines británicos desplegados en el frente y las ‘redes sigilosas’ masivas de la CIA y otro personal que desempeña funciones como organizar la logística, hasta contratistas. Por lo general, exmiembros de las fuerzas armadas occidentales que se han desplegado en una capacidad no oficial, a menudo en unidades completas de primera línea” (4) Y, en ese marco, la carne de cañón latinoamericana se constituye en la primera línea de fuego a ser destruida por el fuego ruso. Esto, muy distinto a los oficiales europeos protegidos tras bambalinas.
Desde el punto de vista de la influencia negativa que significa la presencia de una legión militar conformada por mercenarios de 80 países, los medios de comunicación occidentales se han convertido en corifeos de la manipulación y la desinformación. Medios como El País de España se ha destacado por la sobreabundancia de noticias, artículos, reportajes sobre lo supuestamente heroico de la labor de mercenarios, los “nobles” objetivos y que al mismo tiempo se recibe una remuneración nada de despreciable cuya cifra va de los 2 mil a los cinco mil dólares mensuales (5) medios que siguen promoviendo la idea que mercenarios , principalmente de países latinoamericanos se integren a las filas ucranianas contra las fuerzas rusas, a pesar del enorme riesgo de ser heridos, capturados y probablemente muertos como ha sucedido con al menos 12 mil mercenarios caídos en Ucrania según informaciones entregadas por el Ministerio de Defensa de Rusia.