Cerco judicial se estrecha sobre Trump

 

Prensa Latina

Una inminente acusación contra Donald Trump mantiene hoy todas las miradas sobre Georgia, donde el expresidente de Estados Unidos es investigado por presuntos intentos de revertir allí los resultados de las elecciones de 2020.

Un reforzamiento visible de la seguridad en áreas del tribunal en Georgia (sureste) este martes hace presumir que algo está por venir, de acuerdo con imágenes y comentarios de prensa.

De ocurrir la presentación de cargos –ya anunciada por la fiscal de distrito del condado de Fulton Fani Wilis- el exmandatario (2017-2021) seguiría en el centro de múltiples embrollos legales cuando lidia con su tercera campaña electoral, ahora por volver a la Casa Blanca en enero de 2025.

La fiscal demócrata lleva casi dos años investigando los esfuerzos de Trump por interferir en las reñidas elecciones estatales de 2020, que perdió frente a su rival Joe Biden.

Esta sería la cuarta acusación de 2023 contra el exocupante del sillón en el Despacho Oval. «El trabajo está cumplido», dijo Willis recientemente a los medios de noticias locales en Atlanta, capital de Georgia.

Willis anticipó a las autoridades de seguridad del tribunal que podría dar a conocer los cargos en la segunda o tercera semana de agosto.

Cualquier imputación de la fiscal sería el segundo caso al que se enfrentaría Trump relacionado con los comicios de 2020 tras la acusación federal interpuesta contra él la semana en la corte federal del Distrito de Columbia.

La comparecencia del magnate ante una jueza aquí movilizó a decenas de periodistas, que se aportaron en los alrededores de un fuertemente resguardado tribunal, donde escuchó la lectura de cuatro cargos por su papel en el intento de impedir el traspaso de poderes.

Al presidente 45 se le achaca la responsabilidad de incitar y conspirar para anular las elecciones, solo habría que ver cómo se traduciría eso en la eventual acusación de Willis.

Georgia tiene un conjunto de evidencias sobre Trump como la tristemente célebre llamada que hiciera al secretario Brad Raffensperger, pidiéndole que «encontrara» otros 11 mil 780 votos que le hubiesen permitido entonces superar a Biden.

El mismo tipo de llamada lo hizo a Frances Watson, una empleada de la oficina de Raffensperger que investigaba presuntos desajustes en las firmas.

Además, presionó al gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, para que celebrara unas elecciones especiales en el estado, y que convocara una sesión especial de la Asamblea Legislativa para seleccionar a los electores que le apoyarían.

La campaña de Trump igualmente organizó un grupo de 16 residentes para servir como falsos electores.

Willis envió cartas el año pasado a cada uno de los 16 electores informándoles de que son objetivos dentro de la amplia pesquisa, aunque muchos de ellos enseguida empezaron a cooperar y concertaron acuerdos de inmunidad.

El diario The Hill indicó que las diversas campañas de presión sobre los funcionarios estatales de Georgia podrían dar lugar a cargos por incitación al fraude electoral, una ley de 2011.

Al propio tiempo implicaría otros estatutos que prohíben tratar de interferir con un funcionario en el desempeño de sus funciones, incluidos los que participan en la supervisión de unas elecciones, recordó el periódico.

Pero el exgobernante pende de un hilo en otras indagaciones y búsquedas; en abril tuvo cita en Nueva York para escuchar los 34 cargos en su contra relacionados con la compra del silencio de mujeres con las que quizás mantuvo relaciones extramatrimoniales, entre ellas la actriz de cine para adultos Stormy Daniels.

A inicios de junio lo sentaron en una sala judicial de Miami, en esa ocasión para recibir 37 cargos federales por el asunto de los documentos clasificados hallados en su residencia de Mar-a-Lago, Florida.

Hace poco se derivaron nuevos cargos por parte del fiscal especial Jack Smith que lleva el caso. De hecho, Trump tiene previsto el inicio del juicio por lo de Mar-a-Lago para el 20 de mayo de 2024.

Todo este lío legal aún se ignora a dónde irá a parar, pero Trump tuvo un fallido intento por cerrar la investigación en Georgia y hace poco dio alguna señal de preocupación alrededor de su actual situación en general.

El magnate solicitó a la Corte Suprema de Justicia, de tendencia conservadora y donde, por cierto, hay varios jueces nombrados por él, que intercedan a su favor. Mientras trata, junto a sus abogados, de aplicar la táctica de la dilación: que todo lo que vaya a ocurrir sea después de noviembre de 2024.

A propósito, resulta increíble que, con tantas investigaciones y juicios, Trump mantenga su paso en la avanzada en el nutrido campo republicano de cara la nominación presidencial para las elecciones del venidero año.

Más increíble aún es que podría ser el presidente 47: ni una acusación ni una condena impedirían legalmente que Trump fuera elegido.

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