Raúl Antonio Capote | Granma
* La violencia cobra vidas inocentes, muchas veces los «héroes» de las guerras imperiales, enfermos y olvidados, ponen en práctica la «destreza» aprendida contra su propia familia y vecinos; otras, los hijos de la ira, alimentados en el odio, no necesitan de orden ni razón para disparar.
Mientras las bombas sionistas asesinan indiscriminadamente a mujeres, ancianos y niños palestinos en Gaza, los demonios de la barbarie hacen de las suyas en territorio estadounidense.
No se trata de los seres malignos de alguna mitología en abstracto, es el resultado de la cultura del descarte humano, esencia del capitalismo que, como dijera Ernesto Guevara, transforma a los seres humanos en fieras sedientas de sangre.
Por un lado, una ideología racista, armada y protegida por intereses hegemónicos, mata y despoja a un pueblo; por el otro, la violencia, convierte las calles, las ciudades y los pueblos de la primera potencia mundial en escenarios de muerte.
En lo que va de 2023, EE. UU. ha registrado la segunda cifra más elevada de matanzas masivas en un año. La más reciente ocurrió el 25 de octubre por la noche, en Lewiston, Maine, cuando un sujeto abrió fuego en una bolera y un restaurante, asesinando al menos a 18 personas, refiere Los Angeles Time.
El año comenzó con la masacre de Enoch, Utah, el 4 de enero, cuando un hombre baleó de muerte a sus cinco hijos, a su suegra y a su esposa, y luego se suicidó.
Solo tres días después, en High Point, Carolina del Norte, un individuo mató a balazos a su esposa y a sus tres hijos.
La saga terrible de enero continuó con el homicidio, el día 21, de 11 ancianos en un baile por el Año Nuevo Lunar, en Monterey Park, California, y cerró, dejando algunas muertes más en el camino, cuando en Luttrell, Tennessee, el 29, un asesino, quien afirmó tener «al diablo en su cabeza», mató a cuatro niños entre los cinco y los 15 años.
La nación norteña, de acuerdo con la base de datos de The Associated Press y el periódico Usa Today, registra hasta ahora, al menos, 190 personas muertas durante 2023.
La masacre que tuvo lugar en las Vegas Strip, en 2017, encabeza el ranking histórico de EE. UU. Allí, un total de 58 personas perdieron la vida y 546 resultaron heridas; le sigue Orlando, Florida, en 2016, con 49, y en tercera posición, Virginia Tech, en 2007, con 32 personas asesinadas.
Las razones pueden parecer diferentes, pero nacen de la misma cultura, en la cual el ser humano no vale nada. Ayer fue el pueblo judío la víctima de la barbarie nazi; después fueron los vietnamitas bombardeados con armas químicas, con bombas de racimo, de napalm y fósforo blanco, las mismas que aniquilaron civiles en Faluya, Iraq, y similares a las utilizadas contra Gaza en estos días.
La violencia cobra vidas inocentes, muchas veces los «héroes» de las guerras imperiales, enfermos y olvidados, ponen en práctica la «destreza» aprendida contra su propia familia y vecinos; otras, los hijos de la ira, alimentados en el odio, no necesitan de orden ni razón para disparar.