Prensa Latina
El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, aún se debate entre la vida y la muerte tras el atentado sufrido la víspera y ya surgen interrogantes sobre los motivos de ese acto criminal.
Su victimario se nombra Juraj Cintula, es un poeta de 71 años de edad residente de la pequeña ciudad occidental de Levice, en el suroeste del país, fundador de un club de lectura y con varios títulos publicados, según su página de Facebook.
Además, es miembro de la Asociación de Escritores Eslovacos, institución que emitió un comunicado condenando el ataque.
El hecho criminal tuvo lugar frente a la Casa de la Cultura, donde Fico se reunió de forma extraordinaria con su Consejo de Ministros, integrado por el Partido Smer (izquierda), al que pertenece, los ultranacionalistas del SNS y los socialdemócratas de Voz (Hlas-SD).
Regresó a los altos cargos del país en octubre pasado y durante su campaña prometió no entregar ni una sola bala a Ucrania, lo que lo ubica fuera de la línea oficial de la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre el tema.
Fico tiene 59 años y fue primer ministro en otros dos períodos (2006-2010 y 2012-2018).
Descrito como un populista de izquierda y simpatizante del Kremlin, su elección despertó cierto temor entre los miembros de la alianza bélica, pues se convirtió en el primer líder de un Estado miembro que no cerraba filas contra el presidente ruso, Vladimir Putin, en pleno conflicto en Ucrania.
Su campaña electoral se centró en la defensa de los intereses nacionales y la estabilidad política interna, en detrimento de la relevancia internacional del país, con una política exterior calificada por analistas de “soberana”.
Además de manifestarse contrario a suministrar armamento o municiones a Kiev, ha hecho todo lo posible por bloquear las importaciones de grano ucraniano, en aras de evitar perjuicios a los pequeños agricultores como ya ocurrió en Polonia, donde los trabajadores del sector cerraron vías de accesos, caminos y carreteras.
Me niego a que me critiquen y me etiqueten como belicista solo por hablar de acuerdos, mientras que quienes apoyan la guerra y las matanzas se les llama “activistas por la paz», dijo meses atrás, según la prensa nacional.
Su mandato encuentra un país polarizado que en las últimas semanas vivió protestas multitudinarias contra decisiones gubernamentales, como el cierre de la Fiscalía Anticorrupción o los planes para clausurar la radiotelevisión pública RTVS.
Asimismo, su ascenso al poder ocurre en un contexto signado por elecciones a nivel comunitario (junio) en las que, según todos los sondeos, los partidos de ultraderecha están bien posicionados para ganar muchos escaños en el Parlamento Europeo.
Tras el atentado, altos cargos del mecanismo regional se apresuraron a condenar el hecho de forma enérgica, como es el caso de Ursula von der Leyen, presidenta del ejecutivo comunitario, quien afirmó que “esos actos de violencia no tienen cabida en nuestra sociedad y socavan la democracia, nuestro bien común más preciado”.
Igual reacción provino de otros líderes de la UE, quienes desearon pronta recuperación a Fico, que, según el equipo médico, superó con éxito la intervención quirúrgica para extraerle los proyectiles que impactaron en su estómago y extremidades.