Prensa Latina
La responsabilidad particular del G7 frente a retos como el cambio climático, la propagación de conflictos o las desigualdades económicas, centrarán hoy el mensaje de las Naciones Unidas durante la Cumbre del bloque, con sede en Italia.
Durante una reciente conferencia de prensa previa a la reunión, el secretario general de la ONU, António Guterres, insistió en el importante papel de los países más poderosos y la necesidad de aumentar su compromiso en un planea plagado de crisis y desacuerdos.
Guterres, quien llegará este jueves a la región meridional italiana de Apulia para el encuentro, pidió a la alianza comprometerse a poner fin a la energía a base de carbón para 2030 y actuar sobre la arquitectura financiera internacional que calificó como obsoleta, disfuncional e injusta.
Además, llamó a atender la sobre representación de los ricos, mientras los pobres están desatendidos, y actuar urgentemente en materia de inteligencia artificial, una cuestión central de la gobernanza actual y también incluida en la agenda de la Cumbre.
Su propuesta no dista mucho de los temas previstos para la cita de líderes que anuncia además espacios para las guerras en Ucrania, Gaza y Sudán, las relaciones con los países en desarrollo y las economías emergentes, así como la inteligencia artificial y la migración.
Sin embargo, el enfoque propuesto por el mayor foro político del planeta podría no ganar todo el terreno que demanda en un momento clave para la humanidad mientras la polarización, la falta de financiamiento, la crisis climática o la expansión de conflictos amenazan sus objetivos fundacionales.
El propio organismo reclamó la víspera más acción del G7 para prevenir la hambruna provocada por el hombre ante el dramático aumento de las guerras y sus consecuencias en las poblaciones civiles.
Un comunicado del subsecretario de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, recordó que la mitad de la población de Gaza –más de un millón de personas– podría enfrentar la muerte y el hambre a mediados de julio como consecuencia de la ofensiva israelí.
En tanto, en Sudán, al menos cinco millones de personas también están al borde de la hambruna, incluso en zonas devastadas por la guerra de Aj Jazirah, Darfur, Jartum y Kordofán.
Aunque las guerras alimentan el hambre en demasiados rincones del mundo, desde Malí hasta Myanmar, en ningún lugar la elección entre la inacción y el olvido es tan clara como en Gaza y Sudán, advirtió el alto representante en un comunicado.
“Los países del G7 deben aprovechar de inmediato su importante influencia política y sus recursos financieros para que las organizaciones de ayuda puedan llegar a todas las personas necesitadas”, dijo.
«Debemos trasladar grandes cantidades de asistencia humanitaria a través de fronteras y líneas de batalla hoy y movilizar una financiación considerable para mantener la respuesta mañana», añadió.
“En cambio, es hora de priorizar la diplomacia que devolverá a las personas su futuro”, insistió.