USA aprueba vacuna contra VIH que solo podrán comprar los ricos

 

* El fármaco demostró una eficacia del 100 % en las mujeres que participaron en el ensayo, afirma el fabricante. Dos dosis al año cuestan 42.000 dólares.

Una vacuna experimental destinada a la prevención de las infecciones por VIH ha dado resultados significativos en los ensayos llevados a cabo en Sudáfrica y Uganda, informó este 20 de junio la empresa biofarmacéutica estadounidense Gilead Sciences en un comunicado.

«El inhibidor lenacapavir demostró una eficacia del 100 % para el uso en investigación de la prevención del VIH en mujeres cisgénero», aseguró la compañía, precisando que en el estudio, denominado Propósito 1, participaron más de 5.300 personas de entre 16 y 25 años.

Algunas de esas mujeres recibieron una vacuna de lenacapavir dos veces al año, mientras que otras tomaron dos medicamentos de uso generalizado en los países de altos ingresos, ambos en forma de píldoras diarias. De acuerdo con la empresa, el efecto de las inyecciones superó todas las expectativas.

«Con cero infecciones y una eficacia del 100 %, lenacapavir dos veces al año ha demostrado su potencial como una nueva herramienta importante para ayudar a prevenir las infecciones por VIH», afirmó Merdad Parsey, director médico de Gilead Sciences.

¿Y cuál es su precio?

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso de lenacapavir, que se vende bajo la marca Sunlenca, en 2022. No obstante, el elevado precio del fármaco podría representar un obstáculo para su uso generalizado.

Según informó la propia compañía en aquel entonces, el precio esperado del medicamento se situaría en 42.250 dólares en el primer año y en 39.000 dólares anuales posteriormente. Algunos expertos señalaron que ese factor lo hará inasequible para África.

Matthew Kavanagh, director ejecutivo adjunto del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, indicó que, para que los medicamentos PrEP (profilaxis previa a la exposición) sean accesibles en los países pobres, su costo no debería exceder los 100 dólares anuales. «Si es mucho más que eso, estamos hundidos», advirtió.

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