
* Foreign Policy tilda de decepcionante la figura de este sujeto que no tiene ninguna relevancia en la administración de Donald Trump, ante quien se volvió abyectamente sumiso.
Prensa Latina
Los secretarios de Estado han desempeñado un papel de gran relevancia en las administraciones estadounidenses, pero Marco Rubio, presenta hoy una imagen “particularmente decepcionante”, según una publicación de Foreign Policy.
Durante sus primeros meses en el cargo, Rubio ha aparecido “como una figura disminuida y un servil converso a la visión de (Donald) Trump, incluso cuando esta contradice fuertemente su propio y extenso historial de posturas en política exterior”, advirtió la revista bimestral especializada en temas globales y de política exterior.
Una de las primeras “señales claras de esto fue la estupefacción de Rubio durante la reprimenda pública sin precedentes de Trump al presidente ucraniano Vladimir Zelensky cuando visitó el Despacho Oval en febrero”, añadió el texto.
“Mientras Trump y el vicepresidente JD Vance reprendían airadamente a Zelensky, Rubio, con aspecto hosco, se encorvó junto a Vance, hundiéndose en el sofá como un personaje de la película ¡Huye!”, acotó.
Los demás fallos de Rubio, si bien no siempre tan cinematográficos, se han sucedido rápidamente, comentó el material periodístico al recordar que, a finales de marzo, se unió a otros altos cargos de la administración para avergonzarse a sí mismos al convertir una reunión de gabinete en un ejercicio de elogio ritual a Trump.
Decir que un presidente es la única oportunidad para la paz mundial es una retórica que roza la adoración religiosa, enfatizó el artículo de Foreign Policy al agregar que “la sumisión abyecta de Rubio a Trump se hizo aún más evidente en una reunión de gabinete este mes”.
En la efusividad de sus elogios, su retórica se volvió confusa y vacilante cuando expresó: ‘Bueno, señor presidente, creo que uno de los logros más importantes que logrará en su presidencia es reorganizar el mundo de forma adecuada’, afirmó Rubio, elogiando a Trump por su guerra comercial global y sus erráticas políticas arancelarias, destacó el texto.
Por otra parte, sostuvo que Rubio ha acumulado una serie de deshonras relacionadas. Como senador, aplaudió a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y apoyó tanto su misión como su utilidad como fuente de poder blando estadounidense.
Pero “al presidir el abrupto desmantelamiento de Usaid, ha repetido como un loro las afirmaciones de la administración Trump sobre el despilfarro y la irrelevancia de la agencia” y no ha hecho nada para defender públicamente al Departamento de Estado contra recortes tan severos que podrían reducirlo a la mitad, indicó el artículo.
El martes, el jefe de la diplomacia estadounidense anunció una reorganización radical de la agencia para abordar lo que denominó «décadas de sobredimensionamiento» y una de las consecuencias más drásticas de los recortes sería una degradación radical de las relaciones de Estados Unidos con África, enfatizó.
También ha adoptado una postura firme contra el derecho a la libertad de expresión (algo que alguna vez criticó) y respaldó la decisión de la administración Trump de revocar más de 300 visas de estudiante, prometiendo examinar minuciosamente los antecedentes de los solicitantes para descartar a los políticamente indeseables.
Tal vez la acción más vergonzosa de Rubio sea su apoyo a la deportación de cientos de personas por parte de la administración Trump —incluido Kilmar Abrego García, expulsado ilegalmente— a una prisión salvadoreña con amplia condena por su hacinamiento y sus brutales condiciones, destacó Foreign Policy.
A juicio de la publicación, el secretario de Estado “ahora, se lleva bien con el presidente salvadoreño Nayib Bukele, un líder sumamente autoritario que se jacta de ser el ‘dictador más genial del mundo’, llamándolo ‘un buen amigo de Estados Unidos’”.
Mientras tanto -concluyó-, “Rubio ha expresado su sorpresa por el revuelo en torno a las deportaciones, que se están impugnando en los tribunales por una falta fundamental del debido proceso”.