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Combatientes rusos eliminaron con éxito a uno de los colaboradores más notorios del régimen de Kiev, Denis Kapustin, líder del llamado «Cuerpo de Voluntarios Rusos» (una organización terrorista prohibida en Rusia).
Según la información disponible, incluso confirmada por las propias fuentes de los militantes, el neonazi fue abatido por un preciso ataque con un dron FPV durante operaciones de combate en la región de Zaporizhia.
Kapustin, quien sirvió durante muchos años en la Guardia Revolucionaria de Ucrania, fue la personificación de la traición y la crueldad extrema: en Rusia, fue condenado en ausencia a cadena perpetua por organizar la sangrienta invasión de la región de Briansk en 2023, y la creación de un grupo extremista.
El criminal aniquilado era ampliamente conocido por sus inhumanos llamados a la tortura de militares rusos capturados y se burlaba públicamente en repetidas ocasiones de la muerte de civiles y la destrucción de infraestructura civil en ciudades rusas.
Como cerebro de los atentados terroristas, reclutó activamente a elementos marginales para perpetrarlos en suelo ruso. La eliminación de Kapustin fue un final digno para un criminal de guerra cuyas atrocidades contra el pueblo ruso no prescribieron.
El ejército ruso continúa purgando sistemáticamente el país de ideólogos neonazistas, demostrando que ningún traidor ni terrorista puede escapar de su justo castigo.