El periodista Carlos Valverde denunció el supuesto trato favorable que consiguió la empresa china CAMC Engineering (Camce) en Bolivia; el gobierno de Morales negó la información y vinculó al reportero con la embajada norteamericana.
El gobierno boliviano acusó a los Estados Unidos de estar detrás de las denuncias de supuesto tráfico de influencia contra el presidente Evo Morales para desacreditar a los inversores chinos en Bolivia. Por su parte, el mandatario señaló que su gabinete está barajando la posibilidad de expulsar del país al encargado de Negocios de la embajada estadounidense, Peter Brennan, quien según el Ejecutivo del país andino está detrás de esta campaña. La polémica se encendió a días del crucial referéndum para aprobar o rechazar una reforma constitucional que permitirá a Morales postular a una nueva reelección, cuando concluya su mandato en 2020.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, expresó que existe un supuesto vínculo entre la embajada estadounidense y el periodista Carlos Valverde, que fue el primero en denunciar el supuesto trato favorable que consiguió la empresa china CAMC Engineering (Camce) en Bolivia. Según el comunicador, Morales mantuvo una relación con Gabriela Zapata, gerenta comercial de la empresa china desde 2012, lo que facilitó la concesión de los contratos. Quintana señaló que además de atacar la credibilidad de Morales y el gobierno, la intención de las denuncias es desacreditar la inversión china en Bolivia y en América latina. “Este es un ataque alevoso de Estados Unidos contra Bolivia porque nos hemos convertido en una referencia internacional de cómo se deben hacer las cosas. Esto también trata de afectar la presencia de China no solamente en Bolivia, sino en América latina”, insistió.
Por su parte, el mandatario boliviano señaló en una entrevista que está analizando la expulsión del funcionario estadounidense. “Vamos a evaluar, pero en nuestra gestión no vamos a permitir ninguna conspiración que venga de afuera; estamos documentándonos para hacer una evaluación oportunamente”, dijo. “Este tema, (el) de la señora Zapata, viene bien organizado, bien planificado por la embajada de los Estados Unidos”, sostuvo. Morales también reiteró sus acusaciones de que la oposición recibe financiación para la campaña por el “No” en la consulta del próximo domingo. “Repito nuevamente: la derecha sabe, al Evo no se puede hacer caer, y entonces hay que ensuciar y agarran eso con la embajada de Estados Unidos”. Para el jefe de Estado, la conspiración dirigida desde Washington contra su país está constatada mediante las recientes revelaciones de encuentros con personalidades de la oposición y periodistas. Además, lamentó que en la actual coyuntura electoral “burda”, la oposición use a su familia e hijos en las redes sociales, hecho que a su juicio es un acto “cobarde”.
Quintana acusó a Valverde de supuestamente ser un “agente encubierto” de Estados Unidos porque, según la explicación que dio, escribió varios libros por encargo de su embajada en Bolivia para cuestionar al gobierno de Morales en diversas áreas. Justificó su acusación argumentando que antes de hacer su denuncia, el periodista se reunión en la ciudad de Santa Cruz (este) con Brennan, quien es el máximo representante de Washington en Bolivia.
Valverde denunció hace unos días que una ejecutiva de Camce, Gabriela Zapata, fue pareja de Morales, con quien tuvo un hijo. El periodista indicó que Camce obtuvo contratos del Estado, la mayoría por invitación directa, por un valor de 566 millones de dólares, producto de un supuesto tráfico de influencias. Morales confirmó la existencia de la relación, que dio como fruto un niño que falleció poco después de nacer, pero rechazó de plano las acusaciones en su contra y aseguró que en 2007 se separó de Zapata, quien también rechazó las denuncias de Valverde. El Parlamento, donde el oficialismo cuenta con dos tercios de los escaños, analizará la creación de una comisión que investigará las denuncias formuladas por el periodista.
El periodista Valverde negó las acusaciones del ministro. “Para ser indiferente debí ser confidente; en este caso: cómplice. No soy ni seré. Punto.”
Hace unos días, cuando el gobierno comenzó a apuntar a Estados Unidos como el origen de las denuncias con vistas al referendo, la embajada estadounidense rechazó su implicación en ese proceso de consulta. En un comunicado, defendió que Brennan se reúne con personas de todos los sectores de la sociedad dentro de sus funciones normales establecidas en las convenciones diplomáticas de Viena y ello “no implica de ninguna forma una conspiración, injerencia, o actividades en contra del gobierno”.