En su naturaleza servil, medios de comunicación y políticos de la derecha pro imperialista aplaudieron un informe injerencista que el Departamento de Estado de EEUU manipulara sobre derechos humanos en Nicaragua, y de forma oficiosa, como una caja de resonancia, se dan a la tarea de comentarlo y publicarlo alegremente, en cumplimiento de su labor antipatriótica.
Desde la publicación oficial de dicho informe por los EEUU, en medios de televisión, radio y escrito, políticos, dueños de medios de comunicación y hasta periodistas de la derecha, comentan aquí con veneración la forma en que el imperio observa el proceso revolucionario en Nicaragua, que no es más que el mismo odio visceral que comparten ante el sandinismo.
Como si tratara de un Dios todopoderoso, que está por encima del bien y del mal, el secretario de estado de los EEUU, John Kerry, se puso a juzgar a los Gobiernos del mundo, incluyendo lógicamente a Nicaragua, en materia de derechos humanos, y para ello tuvo que realizar una serie de viajes, cuando en su propio país podía constatar un sinnúmero de violaciones.
Como era de suponerse, uno de los blancos en el eje de ataque de Kerry fueron los Gobiernos progresistas de izquierda en Latinoamérica, aquí en Nicaragua señaló que los “sufridos” organismos de la “sociedad civil” son objeto de intimidación y persecución, al igual que en Bolivia y Ecuador, en donde gobiernan partidos de izquierda.
Resultaría hasta cómico, sino fuera por la gravedad de las acusaciones, que se hablara de “intimidación y persecución” por parte del Gobierno cuando estos organismos autollamados de la sociedad civil reciben grandes sumas de dinero, capacitación, logística, entre otras aportaciones que le envías de organismos y partidos ligados a la administración estadounidense.
El informe habla de violación burocrática a los derechos de esos organismos, cuando esas cantidades astronómica de dólares fluyen por el país de una forma impune, con el objetivo de desacreditar al Gobierno, si no, de donde saldría el dinero para los “miércoles de protestas”, las marchas anti canal, el financiamiento a partidos opositores, entre muchas otras nóminas.
Paradójicamente, el escrito también se refiere a restricción y obstáculos a la libertad de expresión y de prensa, sumado a acoso e intimidación de periodistas, cuando Nicaragua se levantó este jueves oyendo, leyendo y viendo los vítores que en los medios de comunicación lanzaba la derecha en todas sus expresiones, por el informe del imperialista John Kerry.
Al parecer estos “organismos no gubernamentales” fueron entrevistados por personeros de la embajada gringa en Nicaragua para que dieran su opinión al respecto y como era de su ponerse, resaltaron su papel de ·sufridos·”, con el fin de tratar de conseguir mayor financiamiento que permita seguirles dando la vida sosegada y placentera a la que ya se acostumbraron.
Este informe dado a conocer por el secretario de Estado de los EEUU, John Kerry, sumada a la oficiosa y servil labor de resonancia de la derecha pro imperialista en Nicaragua, no es casual, es parte de laa argucias diseñadas como “estrategias”, para tratar de evitar un inexorable triunfo del FSLN en las elecciones de noviembre próximo.