El secretario general de la OEA, Luis Almagro, no solo se inmiscuye en la decisión soberana que tienen los Poderes del Estado en Nicaragua, como lo es el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en relación a la representación legal del PLI, sino que alienta los disturbios que Eduardo Montealegre y sus allegados planificaron con el grupo depuesto.
Aprovechándose de su investidura y en una clara intromisión en los asuntos internos institucionales de nuestro país , Almagro escribió acerca del fallo emitido por la CSJ en su cuenta twitter, que se siente bastante “preocupado” por la transparencia y participación de todos en las elecciones, declaraciones que alientan y llaman a la desobediencia civil fraguada por estos grupitos.
Estas declaraciones del secretario general de la OEA son parte de la campaña de descrédito que se quiere hacer de las elecciones en Nicaragua desde antes que se produzcan, y seguramente fueron “discutidas” previamente en lo que se conoce como “Comisión Inter Gerencial”, en donde está involucrado el Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca.
Tanto han traspasado la falta de respeto a nuestra soberanía las palabras de Almagro, que inmediatamente los medios de comunicación de la derecha del país se suman a esta campaña, mientras, los partidos y grupos politiqueros salieron corriendo a escribir un documento en el que se quejaban ante “papá OEA”, solicitando una audiencia con su secretario general.
Obviamente, el titular de la OEA, de manera oficiosa y siguiendo con el plan de desprestigio a las elecciones nacionales, aceptó muy gozoso reunirse con una representación de estos grupos, quienes de forma indecorosa le piden a Almagro discutir sobre asuntos de política interna de nuestro país, dejándole “en sus manos y de la comunidad internacional” el destino de los comicios.
Mientras todo esto ocurre, grupitos de allegados a Eduardo Montealegre se dedican a provocar disturbios en los alrededores de la rotonda Rubén Darío (Metorocentro), provocando el malestar de los conductores de vehículos particulares y de transporte público, quienes se quejan de estas “protestas” que lo único que hacen es entorpecer el libre acceso de la vía pública.