Las encuestas que favorecen a Clinton se divulgaron en un momento complicado para Trump, que este lunes despidió a su jefe de campaña, Corey Lewandowski, cuando faltan menos de cinco meses para las elecciones presidenciales.
La demócrata Hillary Clinton sigue por delante del republicano Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca, si bien ambos candidatos no logran entusiasmar al electorado, según una nueva encuesta publicada ayer en Estados Unidos.
De acuerdo con el sondeo, hecho por la cadena CNN y la empresa ORC del 16 al 19 de junio entre 1.001 adultos, Clinton consigue un respaldo de 47 por ciento, frente al 42 por ciento de Trump. La ex secretaria de Estado también se mantiene en cabeza si se toma en cuenta a los candidatos del Partido Libertario, Gary Johnson, y el Partido Verde, Jill Stein, quienes no tienen asegurada la participación en todos los estados del país.
En ese escenario, Clinton obtiene el apoyo del 42 por ciento; Trump, del 38 por ciento; Johnson, del nueve por ciento, y Stein, del siete por ciento. Un dato llamativo de la encuesta es que, entre los votantes registrados (891 de los encuestados), el 22 por ciento se declara indeciso, es decir, su opinión puede cambiar de aquí a las elecciones presidenciales del próximo 8 de noviembre.
Preguntados los entrevistados si les entusiasma ver a Clinton o Trump como inquilinos en la Casa Blanca, menos del 30 por ciento expresa entusiasmo, de acuerdo con el sondeo, que tiene un margen de error del 3,5 por ciento. De hecho, la mayoría se declara temerosa (56 por ciento si gana el magnate, 46 por ciento si vence la ex secretaria de Estado) o abochornada (56 por ciento si gana Trump y 39 por ciento si se impone Clinton).
La ex primera dama también aventaja al multimillonario neoyorquino en algunos estados “bisagra” (pueden inclinarse por los demócratas o los republicanos), como Florida, según una encuesta divulgada ayer por la Universidad Quinnipiac (Connecticut). Clinton se impone a Trump en Florida, el mayor de los estados “bisagra”, por ocho puntos (47 por ciento frente al 39 por ciento). Sin embargo, los márgenes son mucho más apretados en Ohio (ambos alcanzan un 40 por ciento) y Pensilvania (Clinton, 42 por ciento; Trump, 41 por ciento). El estudio del centro académico se elaboró del 8 al 19 de junio con 975 votantes de Florida (margen de error del 3,1 por ciento), 971 en Ohio (3,1 por ciento) y 950 en Pensilvania (3,2 por ciento).
Ambas encuestas se divulgaron en un momento complicado para Trump, que este lunes despidió a su jefe de campaña, Corey Lewandowski, cuando falta menos de cinco meses para las elecciones presidenciales. La salida de Lewandowski acentúa la crisis de la campaña del empresario, que no levanta cabeza en los sondeos electorales desde comienzos de junio y cuenta con muchos menos fondos que Clinton, al día de hoy, para financiar la costosa carrera electoral. El ganador de los comicios sustituirá en la Casa Blanca al demócrata Barack Obama, que dirige el país desde 2009 y ha hecho historia como el primer presidente negro de Estados Unidos.
Clinton aseguró ayer que su oponente republicano, Donald Trump, no tiene un plan económico “serio” y que sus políticas llevarán al país a la recesión y afectarán a la clase media y trabajadora. “El rey de la deuda no tiene un plan creíble” para invertir en infraestructuras, energías renovables, para evitar el aislamiento económico en las pequeñas comunidades rurales, o en gestión de los gastos de salud y educación, aseguró Clinton en un discurso brindado en Columbus, la capital del estado de Ohio, uno de los sectores industriales más importantes del país.
Luego de una áspera interna, la precandidata salió a seducir a los votantes de su rival de primarias, el senador por Vermont, Bernie Sanders, quien a cuatro semanas de la Convención Demócrata en la que los delegados del partido elegirán al candidato presidencial, quedó detrás de Clinton a una distancia irrecuperable. Clinton, que alabó la política económica del actual presidente, el también demócrata Barack Obama, prometió medidas para que los “súper ricos” contribuyan de manera proporcional a las arcas del Estado y para continuar con la línea de su antecesor. En ese sentido, vaticinó que el ciclo virtuoso permitirá que “se paguen mejores sueldos a los empleados, algo que mejorará el consumo y permitirá la creación de nuevos empleos mejor pagados”, sostuvo la candidata.
“Trump podría deshacer el progreso que hemos hecho y pondrá en riesgo nuestra economía”, aseguró la ex secretaria de Estado, antes de asegurar que su potencial rival “no debería tener el dedo en el botón (nuclear) ni la manos en la política económica”. Sobre la promesa del magnate inmobiliario de deportar a 11 millones de inmigrantes indocumentados, la ex secretaria de Estado alertó sobre el efecto dominó que la salida de esos trabajadores causará en Estados Unidos.
Asimismo, recordó que analistas económicos vaticinaron que sólo ese plan acarreará una nueva recesión por el costo de esa propuesta de detenciones masivas y pidió “un camino a la ciudadanía” para esos trabajadores.
La ex primera dama también calificó de “peligrosa” la política económica que propone Trump y llamó a “rechazar” el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP) acordado por el gobierno de Obama, que está pendiente de aprobación en el Congreso. Clinton ya había anunciado su oposición al TPP en octubre pasado, argumentando que el tratado no había proporcionado buenos empleos ni salarios más altos, tal como se esperaba.
Además, se refirió a la experiencia de Trump como empresario y recordó que en varias ocasiones se vio obligado a declarar la quiebra de sus compañías. “Ha dicho que manejará el país como hizo con sus negocios. No podemos dejar que Trump lance los dados con el futuro de nuestros hijos como con sus casinos”, apuntó la ex primera dama.
“Con el plan de Trump, los millonarios de Wall Street pagarán menos en impuestos que los trabajadores”, aseguró Clinton, quien alertó de que el plan fiscal de su oponente añadirá 30 billones de dólares de deuda en 20 años.
“Yo soy ‘el rey de la deuda’”, escribió Trump en Twitter en respuesta al discurso de Clinton. “Endeudarme ha sido bueno para mí como hombre de negocios, pero es malo para el país. Hice una fortuna fuera de la deuda. Arreglaremos Estados Unidos”, lanzó el multimillonario en uno de los tantos tuits en los que respondió al discurso.