El portavoz Sean Spicer repitió las palabras de un comentarista que alegaba que los británicos habían ayudado en las supuestas escuchas.
La Casa Blanca trata de calmar las críticas recibidas por parte del Gobierno británico tras alegar que una de sus agencias de inteligencia participó en el supuesto espionaje del que Donald Trump acusa, sin pruebas, a su antecesor, Barack Obama. El Ejecutivo de Theresa May reveló este viernes que su Gabinete había protestado ante Washington después de que el portavoz de Trump repitiera las acusaciones pronunciadas anteriormente por un comentarista de televisión.
“Hemos dejado claro ante la Administración estadounidense que esas afirmaciones son ridículas”, declaró el portavoz de May, James Slack. “Nos han dado garantías de que las alegaciones no se repetirán”. Slack afirmó este viernes que el Gobierno británico ha dejado claro a Washington que las alegaciones “deben ser ignoradas”.
El diario The New York Times informa que el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, contactó por teléfono con el embajador británico en Washington, Kim Darroch, para resolver el asunto.
La Casa Blanca sigue sin aportar pruebas de que tales escuchas existan ni de que fueran ordenadas por el expresidente Obama, que las ha negado tajantemente. Este jueves creció además el aislamiento de Trump en este caso. El presidente de la Cámara de Representantes y los líderes del Comité de Inteligencia del Senado afirmaron que no hay ninguna evidencia de que se intervinieran las llamadas del entonces candidato presidencial, como ya han hecho anteriormente sus compañeros de la Cámara Baja. El director del FBI también ha solicitado al Departamento de Justicia que desmienta al presidente.
Mientras la Casa Blanca se queda sin aliados en esta causa, su portavoz Spicer dedicó este jueves diez minutos a leer recortes de prensa en los que se mencionaban las supuestas grabaciones de las llamadas desde la Torre Trump. Entre ellos se encontraba un programa de la FOX en la que un comentarista, Andrew Napolitano, aseguraba que “tres fuentes de inteligencia han informado a FOX News que el presidente Obama actuó al margen de la cadena de mando [para espiar a Trump]. No utilizó la NSA, no utilizó la CIA, utilizó el GCHQ”, leyó Spicer.
El portavoz estadounidense lo estaba repitiendo como una prueba de que el espionaje fuera cierto y el GCHQ ha respondido en un comunicado que las alegaciones son “un sinsentido y deberían ser ignoradas”. El GCHQ, una de las tres agencias de espionaje británicas, realiza labores de vigilancia en las comunicaciones electrónicas en la lucha antiterrorista y trabaja en colaboración con EE UU desde la Segunda Guerra Mundial.
“Esto demuestra que la Administración [Trump] no da ninguna credibilidad a las alegaciones. Tenemos una relación especial con la Casa Blanca y eso nos permite expresar nuestra preocupación cuando así sucede, como ha ocurrido en este caso”, afirmó el portavoz de Downing Street.