El gobierno de Costa Rica, a través de su canciller Manuel González, cuestionó las maniobras militares conjuntas que Nicaragua y Rusia anunciaron para ser efectuadas en el mar Caribe, con el propósito de entrenarse en contra del crimen organizado, del que una de sus principales manifestaciones es el narcotráfico.
Pese a que el mar Caribe es una de las principales rutas de los narcotraficantes colombianos y de otras naciones sudamericanas, González asegura que el ejercicio militar «no son señales positivas».
El canciller tico, quien ha demostrado reiteradamente posiciones antinicaragüenses, critica también la inauguración en Nejapa de la estación satelital Glonass, el equivalente ruso del GPS norteamericano (ignoramos si alguna vez puso “peros” al Global Positioning System de Estados Unidos).
Para variar, pese a que la Policía militar de Costa Rica rebosa de equipo bélico norteamericano, tampoco le gustan los tanques rusos. «El tema militar, de ese reforzamiento (en términos de equipo bélico) y hacer maniobras militares conjuntas en el Caribe y ese tipo de cosas, uno se pregunta ¿en qué benefician a Nicaragua, en qué benefician a su gente y en qué benefician a la región?», dijo el canciller tico a La Nación.
La Embajada de Estados Unidos publicó en agosto de 2016, lo siguiente: “Estados Unidos y Costa Rica han sido socios estratégicos y operativos cercanos por larga data, en una impresionante gama de actividades de seguridad y cooperación.
“Estados Unidos considera este apoyo parte de nuestro trabajo integral con el país y sus fuerzas de seguridad. Como buenos socios en la lucha contra crimen transnacional, trabajamos para equipar y capacitar a las autoridades de Costa Rica y creemos que nuestros esfuerzos conjuntos tendrán como resultado una transformación de las capacidades costarricenses. De esta manera se aseguran las fronteras costarricenses y se crean comunidades más seguras, optimizando la seguridad a la vez que se abordan las causas subyacentes de la violencia.
“La asistencia estadounidense se enfoca en bloquear a las organizaciones criminales transnacionales para que no penetren en la sociedad costarricense; en reducir la marea de drogas que transitan Costa Rica en ruta hacia Estados Unidos; y en trabajar con el gobierno y la sociedad civil en programas de prevención.
“Fronteras seguras: con el fin de apoyar a los cuerpos policiales costarricenses para que patrullen de manera eficiente el territorio del país, sus aguas y espacio aéreo, trabajamos juntos para incrementar las capacidades del Servicio de Guardacostas de Costa Rica, el Servicio de Vigilancia Aérea y la Policía de Fronteras, con el fin de fortalecer estas organizaciones con:
“Dos embarcaciones patrulleras de 110 pies cuya base de operaciones estará en el Pacífico. Esta es la mayor inversión del Gobierno de Estados Unidos (valoradas entre US$25 y US$30 millones) para la seguridad de Costa Rica en el largo plazo. Incluye extensa capacitación para la tripulación de Guardacostas de Costa Rica y un paquete de mantenimiento de dos años para las embarcaciones. Llegan a Costa Rica en el segundo semestre del 2017.
“Una donación de dos aviones de carga C-145 ($20 – $25 millones). Embarcaciones adicionales: una de 45 pies; dos interceptoras de 38 pies y barcos fluviales de 19,5 pies. Intercambio continuo de información cuyo resultado ha sido grandes incautaciones marítimas de drogas. Estación de guardacostas y muelle en Golfito.
“Remodelación del avión King Air ($1 millón) de Vigilancia Aérea. Equipo para fortalecer la capacidad de Vigilancia Aérea de realizar operativos marítimos antinarcóticos durante 24 las horas del día junto con Guardacostas”…
La Embajada continúa detallando la ayuda norteamericana a Costa Rica. ¿Qué ha dicho Nicaragua al respecto? Nada. Aquí respetamos la soberanía de nuestros vecinos y lo ideal sería que ellos hicieran lo mismo. ¿Por qué tienen que estarse metiendo –sin estar invitados-, en temas nicaragüenses como el río San Juan y el canal interoceánico, entre otros?
La afirmación de González, según La Nación, obedece a los ejercicios anunciados en medios nicaragüenses, los cuales informaron de que una delegación rusa acordó con el gobierno de Daniel Ortega, la primera semana de abril, efectuar entrenamientos conjuntos para enfrentar el terrorismo.
El 3 de abril, el Ministerio de Defensa ruso emitió un comunicado de prensa en el que detalló que «durante la visita de seis días, los expertos militares rusos realizarán varias consultas con sus pares de Nicaragua sobre la participación de las Fuerzas Aerotransportadas en ejercicios tácticos conjuntos en territorio nicaragüense».
«No son señales positivas, porque lo militar es para una guerra, y una guerra en Centroamérica ¿con quién, contra quién y para quién? Y, definitivamente, no es con ese tipo de equipo militar que se ha anunciado, como los aviones y los tanques, con lo que se combate al narcotráfico», recalcó el canciller.
Por supuesto que González no se refirió a la prolífica ayuda militar que su país recibe de Estados Unidos. De acuerdo a lo expuesto por la Embajada de Norteamérica en su web, solo en las dos patrulleras que les serán entregadas este año gastarán 55 millones de dólares. El equipo de marinos será entrenado por el país donante y no utilizarán una piscina para eso, sino el océano Pacífico. ¿No será eso un ejercicio militar acaso?