Varios países occidentales buscan reforzar el control sobre los servicios de mensajería para evitar que proporcionen «espacios seguros» para los terroristas.
Alemania aprobó este jueves una ley sobre seguridad que permitirá a las autoridades aumentar la vigilancia del contenido de las mensajerías cifradas como WhatsApp y Skype. Aunque la oposición ha criticado la medida como una herramienta de vigilancia, el Gobierno argumenta que el proyecto de ley hará más fácil combatir el terrorismo y evitar ‘zonas sin ley’ en línea.
Si bien se trata de una medida polémica, lo cierto es que, en el contexto del aumento de los problemas de terrorismo en los últimos años, varios países occidentales —sobre todo los afectados por los atentados— ven las iniciativas de este tipo como necesarias, y preparan proyectos para realizar un mayor control sobre los servicios de mensajería.
El Reino Unido y Francia, pioneros
Uno de los primeros en este sentido fue el Reino Unido, donde en el 2015, poco después de los ataques terroristas en París, el entonces primer ministro David Cameron propuso prohibir el cifrado en los servicios de mensajería.
En las elecciones de este junio, estos planes se reflejaron en el programa del Partido Conservador británico, que afirmó: «Algunos dirán que esto no es de la competencia del Estado regular la tecnología y el Internet. No estamos de acuerdo».
A su vez, la primera ministra británica, Theresa May, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, han lanzado recientemente una campaña conjunta para abordar la radicalización en línea, que prevé:
- Multar a las empresas de alta tecnología, como Facebook y Google, si no intensifican los esfuerzos para combatir la radicalización en línea
- Limitar el acceso al cifrado de extremo a extremo.
«No podemos permitir que esta ideología tenga un espacio seguro para reproducirse»
A principios de junio, después de que otro ataque terrorista —el tercero en menos de tres meses— sacudiera el Reino Unido, May culpó a grandes empresas de Internet de proporcionar «espacios seguros» para que los extremistas difundan mensajes de odio en línea.
«No podemos permitir que esta ideología tenga el espacio seguro que necesita para reproducirse», afirmó la política agregando que «eso es precisamente lo que aporta» Internet. May instó a trabajar con «Gobiernos aliados y democráticos» para alcanzar acuerdos internacionales «que regulen el ciberespacio» para prevenir la propagación del extremismo y la planificación terrorista.
Macron también ha apuntado en diversas ocasiones que la situación en la que las grandes compañías de Internet se niegan a dar sus claves de cifrado «ya no es aceptable», ya que los terroristas «aprovechan las posibilidades de la criptografía moderna para esconder sus proyectos» y «utilizan servicios de mensajería instantánea fuertemente cifrados para hablar entre sí y dar órdenes».
Europa contra la mensajería cifrada
A nivel europeo también se habla de introducir medidas legislativas para enfrentar «los retos planteados por los sistemas que permiten a los terroristas comunicarse» y a los que las «autoridades competentes no pueden acceder», como la mensajería cifrada. Así lo afirmaron este jueves los líderes europeos en una sesión de trabajo en Bruselas, donde instaron a las plataformas digitales a implicarse más en la lucha contra los contenidos que incitan al terrorismo.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió a las empresas de medios de comunicación social «que hagan lo necesario para evitar la propagación de material terrorista en Internet».
Telegram, en el punto de mira
En este contexto, una de las plataformas que se han encontrado en el centro de la polémica es el servicio de mensajería cifrada Telegram, que afirma ser «más seguro» que otras aplicaciones como WhatsApp.
- En Europa, el director de Europol, Rob Wainwright, acusó a Telegram a principios de junio de negarse a unirse a la lucha contra el extremismo.
- En Rusia, Roskomnadzor, el organismo oficial que supervisa las telecomunicaciones del país, ha amenazado con bloquear la popular aplicación de mensajería si su compañía gestora no cumple con la ley rusa y proporciona los datos necesarios para el registro oficial, lo cual también implicaría compartir las conversaciones de los usuarios y sus criptografías con los servicios de aplicación de la ley en caso de la necesidad.
- EE.UU. también ‘lucha’ contra la mensajería cifrada y Telegram en particular, pero de una manera menos evidente. La semana pasada, Pável Dúrov, el fundador de Telegram, reveló que sufrió presiones e intentos de soborno por parte de los servicios secretos de EE.UU. que querían que debilitara su encriptación o instalara una ‘puerta trasera’ que permitiera a las agencias de inteligencia el acceso a la información sin el conocimiento de los usuarios.
«La privacidad de un terrorista nunca puede ser más importante que la seguridad pública»
El próximo mes, la alianza de inteligencia ‘Five Eyes’ (Cinco Ojos, en español), integrada por Canadá, Nueva Zelanda, Australia y el Reino Unido, se reunirá en Canadá para discutir planes para presionar a las empresas de tecnología con el fin de que compartan datos cifrados con agencias de seguridad.
Según ha explicado el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, «la privacidad de un terrorista nunca puede ser más importante que la seguridad pública, nunca».