* En el encuentro con el magnate hubo pijama de satén, juegos de poder y azotes. Stormy Daniels aseguró que su vida cayó en un «caos» después que el acuerdo de silencio se hiciera público en 2018.
La actriz porno Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels, fue llamada a testificar este martes en el juicio contra el expresidente estadounidense Donald Trump, por el presunto pago de 130.000 dólares que le hiciera este durante la carrera presidencial de 2016, a cambio de su silencio sobre una presunta relación extramarital ocurrida 10 años antes.
Daniels, de 45 años, ofreció un relato detallado del encuentro entre ambos, que Trump ha negado en repetidas ocasiones. Durante el testimonio de la actriz, el exmandatario negó con la cabeza en varias ocasiones y susurró continuamente a sus abogados.
A Daniels se le permitió testificar a pesar de las constantes objeciones de los abogados de Trump, que pidieron por primera vez la anulación del juicio, asegurando que la actriz incumplió las normas establecidas para testificar, y que muchos de sus comentarios no tenían «nada que ver con el caso y eran extremadamente perjudiciales».
Aunque el juez de la causa, Juan Merchán, rechazó el pedido de anulación, estuvo de acuerdo en que algunos de los testimonios de Daniels iban demasiado lejos, por lo que se le pidió ser más breve y no se le permitió describir el encuentro sexual de manera gráfica. Además, varias de sus respuestas detalladas fueron eliminadas del acta oficial del juicio.
Pijama de satén
En su testimonio, Daniels contó cómo Trump la invitó a su suite de hotel para cenar, después de conocerse en un torneo de golf para celebridades en el lago Tahoe, en julio de 2006, que tuvo entre sus patrocinadores al estudio de cine para adultos para el que ella trabajaba. Trump le habría dicho entonces que ella debía ser «muy inteligente» si estaba dirigiendo películas, recordó Daniels.
La actriz afirmó que cuando entró en la habitación de Trump, él llevaba un pijama de satén, por lo que ella bromeó preguntándole: «¿Sabe el señor Hefner que le robaste el pijama?», refiriéndose al fallecido fundador de la revista PlayBoy.
Durante la conversación, de más de dos horas, y según aseguró Daniels, Trump insinuó la idea de incluirla en su programa de televisión ‘El Aprendiz’, afirmando que sería una oportunidad para que ella le mostrara al mundo que como guionista y directora era algo más que una «rubia cabeza hueca».
Daniels recordó que se molestó por las frecuentes interrupciones de Trump y le preguntó: «¿Eres siempre tan arrogante y pomposo?», a lo que Trump la retó a que le diera un azote con una revista y ella accedió. «Él fue mucho más educado después de eso», dijo.
Daniels añadió que entró al baño y al salir encontró a Trump sentado en la cama en ropa interior. «Al principio me sobresalté. No esperaba que hubiera alguien allí sin mucha ropa», afirmó, añadiendo que de repente sintió como si la habitación le diera vueltas. «Pensé: ‘Dios mío, qué habré malinterpretado para llegar hasta aquí’, porque su intención era bastante clara».
«Pensé que estábamos llegando a alguna parte. Pensé que ibas en serio con lo que querías», le dijo Trump, y le aseguró que esa era «la única forma de que salgas del parque de caravanas», haciendo referencia a su infancia como parte de una familia de bajos recursos. La actriz sostuvo que acabó teniendo sexo con Trump y que él no usó preservativo durante el acto, que calificó de «breve».
«Intentaba pensar en otra cosa que no fuera lo que estaba ocurriendo allí», testificó Daniels, añadiendo que no le pidió a Trump que se detuviera. «No dije nada en absoluto», admitió. Después de terminar, Trump comentó: «Fue genial, vamos a reunirnos de nuevo, cariño», mientras que Daniels estaba temblando tanto que le «costó mucho» ponerse sus zapatos. «Yo solo quería irme», aseguró.
«Desequilibrio de poder»
Antes de mantener relaciones sexuales, dijo Daniels, Trump estaba entre ella y la puerta. No se sintió amenazada ni física ni verbalmente, aunque sabía que el guardaespaldas de Trump estaba fuera de la suite y que había lo que ella percibía como un «desequilibrio de poder», pues Trump «era más grande y bloqueaba el paso».
La actriz declaró que le contó lo sucedido solo a unas pocas personas, y que después del encuentro habló con Trump por teléfono y lo vio en eventos públicos en varias ocasiones en los años siguientes, hasta que perdió contacto después que él no la incluyera en su programa televisivo. «Siempre hablaba de cuándo podríamos volver a vernos, de si lo echaba de menos, y siempre me llamaba cariño», afirmó, asegurando que ella declinaba sus insinuaciones.
La actriz dijo que estuvo decidida a mantener el incidente en privado después de haber sido amenazada en un estacionamiento en 2011, pero cambió de opinión durante la candidatura presidencial de Trump en 2016, cuando este se enfrentó a múltiples acusaciones de mala conducta sexual. «Mi motivación no era el dinero, era que se conociera mi historia», dijo.
Finalmente, Daniels negoció un pago de 130.000 dólares con el abogado de Trump, Michael Cohen, tras lo cual el magnate presuntamente falsificó sus registros comerciales para ocultar que le había reembolsado ese dinero a Cohen. Asimismo, aseguró que su vida cayó en el «caos» después que el acuerdo se hiciera público en 2018, con lo cual fue condenada al ostracismo y acosada hasta en su propia casa.